China y Rusia llevan patrones de bombarderos conjuntos cerca de Alaska, por lo que están preocupados por las intenciones militares


El paisaje estratégico en el Pacífico se ha vuelto cada vez más complejo a medida que los ejercicios militares conjuntos continúan atrayendo la atención de los observadores occidentales. Recientemente, el uso de bombarderos chinos con capacidad nuclear junto con aviones rusos durante las patrullas conjuntas en el vecindario de Alaska expresó una considerable preocupación. Dichas acciones se consideran provocativas y pueden enviar señales políticas sólidas con respecto a la posición de China sobre diferentes temas, incluidas las relaciones con Estados Unidos y la OTAN.

Varias misiones tuvieron lugar en 2024, en el que se vieron los bombarderos H-6K chinos y los bombarderos de tu-95 ms rusos que trabajaban en las cercanías del espacio aéreo estadounidense en el vecindario. Los analistas especulan que estas operaciones pueden indicar la insatisfacción de Beijing con respecto a las acciones estadounidenses con respecto a Taiwán, o tal vez sirvan como una advertencia para la OTAN contra la participación en Asia. Las implicaciones de estos vuelos también sugieren un recuerdo de las crecientes capacidades militares de China, lo que indica que el Océano Pacífico ya no es una barrera para su proyección de electricidad.

Derek Solen, un investigador del Instituto de Estudios Aeroespaciales de China de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, afirma que estas misiones de bombarderos reflejan el progreso de China al establecer una tríada nuclear completa de que los misiles balísticos intercontinentales (ahora bombas estratégicas. Este desarrollo puede estar dirigido a presentar las capacidades nucleares de China, lo que indica un lideranza para una influencia estratégica más amplia.

Además, los expertos sugieren que los vuelos pueden servir como elemento disuasorio contra las regulaciones de intercambio nuclear estadounidense con aliados no nucleares como Japón y Corea del Sur. Tales temores se derivan de la preocupación de que estas alianzas podrían culminarse en una sólida coalición global contra China, que integra tanto las alianzas de la OTAN como las estadounidenses en Asia.

El 24 de julio de 2024, las patrullas conjuntas se hicieron particularmente notables cuando los aviones chinos ingresaron a la zona de identificación de defensa aérea cerca de Alaska, lo que provocó que Norad Fighter Jets treplique para la intercepción. Esto significó una escalada importante, porque fue la primera instancia de la aeronave de la Fuerza Aérea del Ejército de la Liberación de la Liberación (PLAAF) que participó en una misión coordinada que se aparta de una nación extranjera, señala un cambio a una actitud militar más asertiva.

En profundidad en las motivaciones detrás de estas acciones, revela un conjunto de datos limitado; Desde que comenzaron en 2019, solo se han documentado nueve vuelos chino-rusos. Estas misiones han tenido lugar principalmente sobre el Mar de Japón y el Mar del Este de China hasta los recientes vuelos cerca de Alaska. Las misiones posteriores incluyen bombarderos H-6N avanzados que pueden destacar lugares como Guam-One Sign de la intención de China de expandir su alcance operativo.

Aunque parece haber beneficios militares para estos vuelos, Solen afirma que también realizan funciones políticas. La sincronización de estas actividades con los bombarderos de distancia de larga duración de China puede sugerir una planificación estratégica más profunda. La última parte de 2024 vio estos ejercicios conjuntos y vuelos que tuvieron lugar después de las tensiones geopolíticas, especialmente después de las críticas dirigidas a China durante un top de la OTAN sobre el apoyo a Rusia.

El futuro de estos vuelos conjuntos sigue siendo incierto. Aunque actualmente hay un silencio en la cooperación táctica chino-rusa, el contexto parece estar formado por maniobras políticas, especialmente en vista de las continuas discusiones entre China y los Estados Unidos con respecto a las tasas y otros problemas económicos. Los expertos opinan que hasta que las tensiones alivian o las negociaciones conducen a resultados favorables, China puede abstenerse de llevar a cabo vuelos militares conjuntos cerca del territorio estadounidense. A medida que continúan los ejercicios militares y evolucionan las alianzas, el potencial de operaciones de reanudación sigue siendo objeto de una considerable vigilancia en las discusiones de seguridad global.



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