La policía de Chicago se está preparando actualmente para el posible despliegue de tropas de la Guardia Nacional en la ciudad, porque los líderes de la ciudad han proporcionado actualizaciones al Ayuntamiento sobre la respuesta esperada. Este desarrollo viene después de las discusiones continuas sobre la participación federal en la aplicación de la ley local, en particular con respecto a los problemas de delitos y inmigración.
El superintendente Larry Snelling de la policía habló con periodistas y concejales anteriormente, y enfatizó los desafíos al discutir cómo la policía trataría con la Guardia Nacional sin conocer sus órdenes o misiones específicas. «Es imposible responder a esa pregunta sin saber si estarán aquí, cuáles son sus órdenes, qué objetivo tienen la intención de servir», dijo. Snelling subrayó la importancia de la comunicación entre las agencias para garantizar que se mantengan la seguridad pública y la paz en la ciudad.
El alcalde Brandon Johnson confirmó que no ha habido una comunicación directa de la Casa Blanca con respecto a los recientes comentarios del presidente Trump sobre la posible dirección de las tropas federales a Chicago, con el reflejo de las acciones tomadas en otras ciudades como Washington, DC, según Johnson, no ha dado una línea de tiempo o detalles claros sobre tales implementaciones.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional ha buscado el apoyo logístico de la estación naval de Great Lakes Van, aunque no está claro si esto involucraba a la Guardia Nacional. Matt Mogle, un portavoz de la base, describió que la solicitud tiene como objetivo proporcionar la infraestructura requerida en lugar de la participación militar.
Ambos funcionarios enfatizaron la necesidad de evitar el miedo o la especulación innecesaria dentro de la comunidad que se crea hasta que haya información más concreta disponible. El superintendente Snelling señaló que los preparativos están en marcha, impulsados por la información cuando está disponible, pero enfatizó que el departamento está equipado para procesar diferentes escenarios.
Como parte del contexto más amplio, la ciudad está preparada para posibles operaciones de inmigración. Beatriz Ponce de Leon, vicaldeo de los derechos de inmigrantes, migrantes y refugiados, reconoció el aumento del miedo dentro de la comunidad inmigrante y enfatizó la dedicación de la ciudad para apoyar a esta población.
También hubo preocupaciones de los legisladores locales, en particular del miembro del Congreso Brad Schneider, quien declaró que todas las apuestas no deberían interferir con los principales objetivos preparativos del Ejército. El congresista Mike Quigley expresó escepticismo sobre la efectividad de las tropas de la Guardia Nacional para mejorar la seguridad, con el argumento de que su presencia podría enviar un mensaje adverso a la comunidad y al sector empresarial.
En el caso del despliegue federal, los oficiales de policía en Chicago estarán obligados a usar uniformes para identificarse claramente con el público. El superintendente Snelling repitió que la policía local no interferirá con las operaciones federales, en particular durante las actividades de aplicación de la inmigración, y enfatizará la disposición del departamento a responder adecuadamente en sí mismo.
En general, las autoridades de la ciudad se preparan para los preparativos sin sacar conclusiones, por las cuales se conservan para garantizar la seguridad pública, independientemente de las acciones federales que puedan tener lugar.