Ha surgido un desafío legal importante que involucra al Servicio Postal de EE. UU., centrándose en la capacidad de las personas para demandar al servicio por correo mal manejado. El caso se centra en Lebene Konan, una propietaria de Texas que afirma que los trabajadores postales retuvieron deliberadamente su correo durante dos años, situación que ella atribuye a prejuicios raciales contra ella como propietaria negra.
Normalmente, demandar al Servicio Postal por correo perdido, retrasado o mal manejado presenta obstáculos importantes, gracias a las exenciones específicas previstas por la Ley Federal de Reclamaciones por Agravios (FTCA). Esta ley permite demandas contra el gobierno federal por negligencia; Sin embargo, existen excepciones, incluida una que protege al Servicio Postal de acciones legales relacionadas con “pérdida, aborto espontáneo o transmisión negligente de cartas o asuntos postales”.
La Corte Suprema tiene ahora la tarea de determinar si esta exención se aplica en los casos en que los trabajadores postales son acusados de no entregar el correo intencionalmente. Las consecuencias de esta decisión son importantes, sobre todo teniendo en cuenta el aumento previsto del volumen de correo durante los periodos vacacionales. El tráfico navideño de este año, que incluye numerosas tarjetas y paquetes, puede aumentar la urgencia de resolver dichas disputas.
Durante los argumentos orales, el juez Samuel Alito expresó su preocupación por la posibilidad de demandas más frívolas si el tribunal fallara en contra del Servicio Postal. Destacó lo absurdo de los casos hipotéticos en los que los reclamantes pueden alegar que su correo no fue entregado debido a la falta de consejos para las vacaciones o incidentes menores como haber sido asustado por un perro. Alito se preguntó en voz alta cómo tal fallo podría en última instancia aumentar las tarifas postales para cubrir los costos de las demandas, sugiriendo que enviar una carta de primera clase algún día podría costar significativamente más.
Easha Anand, la abogada que representa a Konan, descartó las preocupaciones del gobierno como “infundir miedo sobre demandas interminables”, argumentando que la experiencia de su cliente no refleja las interacciones típicas con el Servicio Postal. Hizo hincapié en que la mayoría de los problemas de entrega de correo surgen de negligencia y que incluso si Konan ganara su caso, el Servicio Postal conservaría inmunidad frente a la mayoría de las reclamaciones relacionadas con el correo.
El conflicto comenzó cuando Konan descubrió que la clave del buzón de una de sus propiedades de alquiler había sido cambiada sin su permiso, bloqueando su acceso a correo importante. A pesar de que finalmente pudo proporcionar prueba de propiedad, sus problemas con el correo persistieron, lo que provocó la pérdida de comunicaciones como facturas, medicamentos y documentos esenciales y, en última instancia, pérdidas financieras cuando los inquilinos se mudaron.
Después de presentar numerosas quejas, Konan emprendió acciones legales en virtud de la FTCA, que se elevaron a la Corte Suprema después de fallos mixtos de tribunales inferiores. Un tribunal de distrito federal en Texas inicialmente desestimó sus reclamos basándose en la exención postal, pero el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito luego revocó esta decisión, sugiriendo que los supuestos actos intencionales de Konan no se ajustan a las definiciones establecidas de “pérdida” o “aborto espontáneo”.
Mientras la Corte Suprema se prepara para escuchar este caso crucial, el resultado sigue siendo incierto. Expertos jurídicos, incluido Kevin Kosar del American Enterprise Institute, han expresado escepticismo sobre la posición del gobierno y sugieren que los actos intencionales no deberían estar cubiertos por la exención postal. También cuestionó la probabilidad de que se produzcan litigios generalizados como resultado del fallo, lo que arroja dudas sobre si las personas podrían siquiera encontrar abogados dispuestos a hacerse cargo de casos de tan bajo riesgo.
Mientras el tribunal delibera, tanto la comunidad jurídica como el público estarán observando de cerca, conscientes de que las consecuencias podrían remodelar la forma en que el Servicio Postal interactúa con sus clientes en una era cada vez más definida por la urgencia y la importancia de una entrega confiable del correo. Se espera una decisión el próximo año, lo que dejará a muchos considerando el impacto en millones de estadounidenses que dependen del Servicio Postal para sus comunicaciones y transacciones esenciales.



