Berkshire Hathaway está en los titulares ya que su informe de ganancias del tercer trimestre muestra sólidas ganancias operativas, coincidiendo con la estrategia continua de Warren Buffett de crear una importante reserva de efectivo. A medida que se acerca el final del año, aumentan las preocupaciones sobre la inminente salida de Buffett del cargo de CEO, que se producirá en sólo dos meses.
Dos meses antes de que se produjera esta notable transición, las acciones de clase B de Berkshire alcanzaron un máximo de casi 540 dólares, superando al S&P 500 en unos impresionantes 22,4 puntos porcentuales. Aun así, siguen estando por debajo de 10,9 puntos porcentuales en lo que va del año, lo que supone una ligera mejora con respecto al máximo de 12,2 puntos porcentuales de principios de esta semana, que es el mayor déficit que hemos visto en la historia reciente. Desde el anuncio de Buffett en mayo sobre su plan de sucesión, las acciones B han caído un 11,5%, subiendo aún más desde su máximo de septiembre de casi 507 dólares.
Los inversores en particular están inquietos, como lo demuestra la reciente rebaja de la calificación de Keefe, Bruyette & Woods. Sus analistas han rebajado la calificación de las acciones A de Berkshire a «desempeño inferior» desde «desempeño de mercado», reduciendo su precio objetivo de 740.000 dólares a 700.000 dólares. La acción cerró en 715.740 dólares, lo que indica una trayectoria incierta para el futuro.
Los analistas Meyer Shields y Jing Li plantearon múltiples preocupaciones en su informe, identificando problemas con los márgenes de suscripción de GEICO, la disminución de las tasas de reaseguro de catástrofes inmobiliarias y las presiones que enfrenta su división ferroviaria, entre otros. Atribuyeron el anuncio de Buffett en mayo como un factor clave al reciente bajo desempeño de Berkshire en comparación con S&P y otras compañías de seguros.
A la preocupación se suma lo que los analistas llaman “riesgo de sucesión históricamente único”. El término se refiere a la incertidumbre que rodea el futuro de Berkshire después de Buffett, cuya reputación incomparable ha inspirado confianza entre los inversores. Con Buffett fuera del cargo, los analistas especulan que es posible que Wall Street no extienda la misma indulgencia al nuevo director ejecutivo, Greg Abel.
Por el contrario, algunas voces en la comunidad inversora siguen siendo optimistas. Chris Bloomstran, presidente de Semper Augustus Investments Group, creía que Berkshire estaba sobrevaluado antes del anuncio de Buffett, pero desde entonces ha superado a sus pares, especialmente a su rival de GEICO, Progressive, que ha perdido el 14% de su valor. Según Bloomstran, sus conversaciones dentro de la comunidad de Berkshire indican que existe un fuerte apoyo para Abel y cree que los fundamentos operativos seguirán siendo sólidos.
En línea con esta transición de liderazgo, también se está produciendo un cambio importante con la carta anual a los accionistas. Greg Abel asumirá la autoría a partir del próximo año, una medida que Buffett había insinuado a principios de este año.
Mientras tanto, en un esfuerzo por mantener el cumplimiento normativo, Berkshire redujo recientemente su participación en DaVita y vendió más de 400.000 acciones por 54 millones de dólares. Esta venta fue estratégica y tenía como objetivo mantener la participación de Berkshire en exactamente el 45%. El reciente informe de ganancias de la compañía de diálisis no cumplió con las expectativas de los analistas, lo que provocó una caída de casi el 8% en el valor de sus acciones durante la semana.
A medida que cambian los personajes dentro de este gigante corporativo, persisten dudas sobre su dirección futura, especialmente en lo que respecta a su liderazgo y desempeño bursátil. Los inversores y analistas permanecen atentos mientras navegan por este nuevo capítulo bajo el liderazgo de Greg Abel.



