La disputa constante entre Bengala y el primer corredor de borde redondo Shemar Stewart se intensifica a medida que comienza el campo de entrenamiento, lo que aumenta el despliegue para ambas partes. El Bengala parece estar bajo presión para resolver el punto muerto, pero opta por una estrategia que pone a Stewart bajo presión en lugar de seguir activamente una negociación.
El lunes, el director de jugadores de los Bengals, Duke Tobe, expresó su frustración con respecto a la renuencia de Stewart a aceptar la rígida oferta de contrato del equipo. Esta propuesta incluye disposiciones complejas con respecto a las garantías de vaciado que se han convertido en un punto de discusión. Tobin envió parte de su ira al agente de Stewart, Zac Hiller, lo que sugiere que el consejo brindado a Stewart puede no ser de su interés.
«No culpo a Shemar», dijo Tobin en una interacción reciente y confirma que reconoce que Stewart depende de la guía de Hiller. Sin embargo, expresó escepticismo sobre el consejo dado y afirmó que la organización está tratando a Stewart de manera justa durante el proceso de negociación.
En respuesta, Hiller defendió su posición y señaló que Tinbin no le falta la participación directa en las negociaciones. Sugirió que los comentarios de Tobin podrían ser inapropiados en vista de su papel dentro de la franquicia, lo que implica que las negociaciones idealmente deberían ser tratadas por aquellos que estaban involucrados de inmediato.
El núcleo del problema gira en torno a la insistencia del Bengala en un lenguaje de contrato más estricto que lo que se usa tradicionalmente para selecciones de conceptos anteriores e incluso para jugadores notables como Ja’Marr Chase y Tee Higgins. Los críticos afirman que Bengala no ha ofrecido concesiones para equilibrar los cambios estrictos en las condiciones del contrato, lo que lleva a las acusaciones de un juego de poder diseñado para reclamar el dominio sobre la situación.
El enfoque de Bengala se caracteriza como una táctica de «silencio y juego», dirigidos a Stewart en una esquina para forzar y posiblemente crear fricción entre el gemido y su representante. Los observadores señalan que la organización no parece dispuesta a ofrecer ninguna forma de concesión que haga que el nuevo lenguaje de contrato sea más sabroso para Stewart.
En última instancia, esta disputa parece ser menos sobre los detalles del contrato y más sobre determinar un mensaje: la organización tiene la ventaja y cada resistencia se investigará con firmeza. A medida que se desarrolla el campo de entrenamiento, la necesidad de una resolución se vuelve cada vez más urgente, pero ambas partes permanecen profundamente arraigadas en sus posiciones.