Barbra Streisand, figura legendaria de la industria del entretenimiento durante más de sesenta años, ha adoptado un estilo de vida más tranquilo en su lujosa finca de Malibú. A la edad de 83 años, ha cambiado su enfoque de la vida pública y el circuito de entretenimiento, eligiendo disfrutar de las comodidades del hogar con su esposo, James Brolin. La pareja, casada desde 1998, vive en una lujosa finca de 16,5 millones de dólares que se extiende por tres acres y cuenta con varias casas, un estanque koi y un vibrante jardín de flores.
Fuentes cercanas a Streisand indicaron que su mundo gira en torno a su vida familiar, incluido su esposo y sus queridas mascotas. “El mundo de Barbra es su hogar”, señaló un confidente. “Tiene a James, sus perros, sus jardines. Es el paraíso. No necesita nada más”. A medida que se distanció del caos de Hollywood, Streisand desarrolló un aprecio por los placeres más simples de la vida. Una fuente señaló que actualmente tiene poco interés en los estrenos de películas o entregas de premios.
Brolin, de 85 años, ha aprovechado los tiempos cambiantes para buscar más oportunidades de actuación y apareció recientemente en la serie de Netflix “Ransom Canyon”. Aunque la pareja parece equilibrarse (la preferencia de Streisand por la reclusión contrasta marcadamente con la naturaleza más extrovertida de Brolin), se dice que se han vuelto más cercanos durante la pandemia. Brolin compartió con los medios en 2021 que el aislamiento los unió y dijo: “Literalmente nos enamoramos durante este tiempo porque estábamos atrapados el uno con el otro todos los días y lo hacíamos funcionar”.
Streisand ha dedicado tiempo a proyectos personales, incluidas sus memorias de casi 1.000 páginas tituladas “My Name Is Barbra”, que buscó privacidad para escribir. Sin embargo, a medida que Brolin asume más proyectos, hay señales de preocupación por parte de Streisand. Aunque ella afirma confiar en él, sus allegados han notado su histórica cautela por estar sola cuando él no está.
En noticias recientes, Streisand fue criticada después de una publicación en Instagram con el tema del Día de Acción de Gracias que mostraba a su hijastra Molly rodeada de niños en una reunión festiva. La foto, tomada en la casa de la pareja en Malibú, recibió una reacción violenta cuando se vio a varios miembros del personal en el fondo, lo que provocó comentarios que cuestionaban su ausencia de sus propias familias. Los críticos resaltaron la aparente desigualdad de la situación, dando a entender que no estaba en consonancia con el espíritu tradicional de la festividad.
Si bien Barbra Streisand puede aspirar a una vida de tranquilidad y conexión familiar, la percepción pública influenciada por su lujoso estilo de vida continúa invitando al escrutinio, un crudo recordatorio de los desafíos que plantean las celebridades en la sociedad actual.



