Un estudio reciente enfatiza el importante papel del coral cerebral (Mussismilia hispida) en la captura de carbono en el refugio de vida silvestre de Alcatrazes Archipiélago, ubicado frente a la costa sur de São Paulo, Brasil. Según los hallazgos publicados en Marine Environmental Research, estas especies de coral son responsables de tener alrededor de 20 toneladas de carbono anualmente, una cantidad que es equivalente a las emisiones generadas por quemar 324,000 litros de gasolina.
Los investigadores utilizaron escaneos de tomografía informática (CT) para analizar muestras de coral y evaluar sus tasas de crecimiento anuales. Los hallazgos indicaron que las colonias de coral producen alrededor de 170 toneladas de carbonato de calcio (CACO3) cada año. El carbonato de calcio juega un papel crucial en el almacenamiento de carbono, ya que consiste en calcio, oxígeno y carbono, que contamina el efecto invernadero al mantener el carbono en un estado mineralizado en lugar de liberarlo en la atmósfera.
Luiz de Souza Oliveira, el principal autor del estudio, señaló que, aunque es un desafío medir inmediatamente el crecimiento del esqueleto de coral, la formación de imágenes CT hace posible la observación de neumáticos de crecimiento anuales. En cinco años, los investigadores recopilaron datos que presentaron las opciones de almacenamiento de carbono de estos corales, que eran sorprendentemente robustos, a pesar de estar en un área subtropical que se consideraba marginal para el crecimiento de los corales.
Mônica Andrade da Silva, coautora, contribuyó al mapear la distribución de la especie en el lecho marino utilizando técnicas ecográficas, que fue esencial al estimar la producción total de carbonato de calcio. La alta tasa de crecimiento observada es similar a los corales tropicales y plantea preguntas sobre los factores ambientales que evitan que los corales cerebrales en los alcatrazes formen estructuras de arrecifes más grandes. Las hipótesis sugieren que estos corales solo pueden haber llegado a la región en los últimos 2.000 a 3.000 años o que las tormentas pueden perturbar su crecimiento con más frecuencia.
Además de su contribución a la captura de carbono, el estudio subraya la importancia ecológica más amplia del archipiélago de Alcatrazes como unidad de conservación marina. El entorno subtropical único puede funcionar como un pozo de carbono, que puede absorber más carbono de lo que transmite, especialmente dados los cuerpos marinos rocosos, que a menudo están cubiertos con algas macro que ayudan con la absorción de carbono a través de la fotosíntesis.
La investigación también enfatiza la estabilidad a largo plazo del carbono almacenado en forma de carbonato de calcio, que puede mantener siglos o milenios en comparación con el carbono orgánico, que se recicla rápidamente en la atmósfera.
Como parte del Proyecto Alcatrazes Sea, una iniciativa de cooperación con UNIFESP, el Instituto Chico Mendes para la Conservación de Biodiversidad y Petrobras, el estudio para un mayor reconocimiento de los servicios ecológicos de esta área marina argumenta. Argumenta que la importancia de los alcatrazes va más allá de la protección de la biodiversidad para incluir valiosas contribuciones en la lucha contra el cambio climático en medio de las emisiones de carbono en todo el mundo.