Arqueólogos descubren civilizaciones antiguas bajo el desierto de Rub’ al Khali utilizando inteligencia artificial y tecnología de radar


En la vasta e implacable extensión del desierto de Rub’ al Khali, donde las temperaturas habitualmente superan los 40 grados Celsius, está surgiendo un enfoque transformador de la arqueología. En medio de imponentes dunas de arena que pueden eclipsar a los rascacielos, está en marcha una nueva ola de exploración, que depende en gran medida de tecnología avanzada en lugar de métodos de excavación tradicionales.

Históricamente, las duras condiciones del interior árabe han planteado importantes desafíos para los arqueólogos que intentan desenterrar restos de civilizaciones pasadas. Sin embargo, los investigadores ahora están aprovechando el poder de la inteligencia artificial (IA) y el radar de apertura sintética (SAR) para explorar debajo de las arenas movedizas y descubrir evidencia de asentamientos y actividades humanos que se remontan a más de 5.000 años.

Estudios recientes en los Emiratos Árabes Unidos han producido hallazgos sustanciales que revelan rastros de vida humana antigua previamente ocultados por siglos de fuerzas naturales. Estos fascinantes descubrimientos no son meras conjeturas; representan evidencia tangible de una era pasada, ahora resaltada gracias a la tecnología de punta.

Una de las ubicaciones principales de esta excavación digital es Saruq Al-Hadid, ubicada cerca de Dubai. Excavado por primera vez en 2002, durante mucho tiempo se sospechó que era un centro vital durante la Edad del Bronce debido a la importancia de sus desechos de metalurgia, cerámica y escoria. Durante años, toda la extensión de este terreno permaneció inaccesible bajo traicioneras dunas. Sin embargo, los avances en imágenes SAR y en IA permiten a los investigadores mapear el área con una precisión sin precedentes.

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Un equipo colaborativo formado por expertos de la Universidad Khalifa y la Universidad de la Sorbona de Abu Dhabi publicó recientemente hallazgos esclarecedores en la revista Geosciences. Utilizando datos de radar del satélite ALOS-2/PALSAR-2 junto con imágenes de ultra alta resolución de WorldView-3, el equipo pudo desarrollar sistemas de inteligencia artificial que pueden identificar características de los asentamientos humanos, como caminos lineales y grupos de materiales.

La innovación no se basa en especulaciones; La IA se entrenó con datos arqueológicos previamente conocidos, lo que le permitió distinguir eficazmente entre formaciones naturales y estructuras artificiales con una precisión notable. Esta posibilidad fue verificada por equipos de campo, que confirmaron que muchos de los sitios potenciales identificados por la IA correspondían a características históricas ocultas que previamente se habían pasado por alto durante las encuestas tradicionales.

La iniciativa no se limita sólo a Dubai. Los investigadores ahora están ampliando sus esfuerzos por toda la Península Arábiga, rastreando los restos de antiguas rutas comerciales que alguna vez conectaron oasis y asentamientos costeros. La Dra. Diana Francis, investigadora principal del proyecto, comentó sobre la importancia de estos hallazgos y dijo: «No sólo se encuentran estructuras aisladas; se ven corredores de movimiento humano, economías, rutas migratorias: civilizaciones enteras que se habían adaptado a vivir en el desierto mucho antes que la infraestructura moderna».

Un foco importante de esta investigación es la Ruta del Incienso, una antigua red comercial responsable del transporte de bienes valiosos como el incienso y la mirra desde el sur de Arabia hasta el Mediterráneo, que se remonta al tercer milenio antes de Cristo. Hasta ahora, gran parte del conocimiento sobre este crucial sistema comercial se basaba en escasos datos históricos. La combinación de SAR e IA está comenzando a revelar estos caminos ocultos durante mucho tiempo.

La aplicación del aprendizaje automático en arqueología también se ha mostrado prometedora en otras regiones. Por ejemplo, investigadores en Japón utilizaron recientemente IA para descubrir nuevas Líneas de Nazca en Perú a una velocidad 21 veces más rápida que los métodos convencionales. Sin embargo, los desafíos únicos del paisaje árabe, combinados con la inmensidad de lo que queda por descubrir, hacen que este proyecto sea excepcional.

La tecnología SAR, con su capacidad para penetrar arena y suelo seco, ofrece ventajas de las que carecen las imágenes ópticas tradicionales, especialmente en entornos propensos al deslumbramiento y la distorsión. Cuando se integra con la IA, se convierte en una herramienta formidable capaz de procesar rápidamente vastas áreas y descubrir anomalías indetectables para el ojo humano.

A pesar de los avances, persisten obstáculos. La precisión de los modelos depende a menudo de la calidad de los datos satelitales, que pueden verse afectados negativamente por el polvo, el viento y los cambios de topografía. Además, los investigadores tienen la tarea de minimizar los falsos positivos, donde las formaciones naturales pueden parecerse a estructuras hechas por el hombre. Para refinar sus predicciones, los científicos integran algoritmos avanzados, lo que permite que el sistema aprenda de cada descubrimiento o error verificado.

Esta infusión de tecnología en el campo de la arqueología marca un cambio significativo, allanando el camino para una comprensión más profunda de las civilizaciones antiguas que alguna vez prosperaron en una de las regiones más inhóspitas de la tierra. A medida que la IA y la teledetección sigan desarrollándose, el desierto pronto revelará más de sus antiguos secretos y reescribirá las historias de la historia humana en el proceso.



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