El presidente Donald Trump fortalece la participación militar estadounidense en la lucha mundial contra los carteles de las drogas, por lo que estas organizaciones se conocen recientemente como grupos terroristas. La administración ha anunciado una expansión significativa de las operaciones militares en el Caribe, en particular cerca de Venezuela, en la que tres buques de guerra, incluido el USS, evitan seriamente las amenazas de las redes de tráfico de drogas latinoamericanas.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump enfatizó la situación de la situación y declaró: «Latin -América tiene muchos carteles; muchas drogas fluyen, por lo que queremos proteger a nuestro país. Tenemos que proteger a nuestro país. No lo hemos estado haciendo durante cuatro años». Este paso ha aumentado las alarmas, en particular en Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro anunció la activación de más de cuatro millones de miembros de la milicia para defenderse contra las amenazas externas observadas.
En respuesta a las tensiones en ascenso, el Secretario General de las Naciones Unidas ha pedido la desescalación. La portavoz Daniela Gross instó a los gobiernos estadounidenses y venezolanos a «ejercer restricción y resolver sus diferencias a través de medios pacíficos».
Como adición a la complejidad de la situación, la Administración de Control de Drogas (DEA) ha lanzado lo que lanzó una «iniciativa bilateral» en México, destinada a desmantelar las redes que facilitan el contrabando de drogas. Sin embargo, el Presidente de México ha negado que se haya establecido cada acuerdo formal. Sin embargo, los funcionarios públicos han indicado que se están realizando discusiones para una cooperación más amplia. Mientras tanto, los informes indican un aumento en las operaciones de drogas en México, en combinación con una disminución en los ataques de fentanilo.
Mark Morgan, un ex comisionado de aduanas y protección fronteriza, comentó sobre la situación y afirmó que aunque se prefiere trabajar con México, no es un requisito proteger la seguridad nacional de los Estados Unidos. «La última vez que lo revisé, no necesitamos permiso de otro país para proteger nuestra propia seguridad nacional», dijo Morgan. Hizo hincapié en la necesidad de una acción decisiva para enfrentar los carteles, independientemente de la cooperación internacional.
Esta actitud proactiva ha expresado su preocupación en diferentes países de que las operaciones militares estadounidenses en las áreas soberanas pueden continuar causando conflictos. Los países advierten que tales intervenciones no son toleradas, por lo que las resoluciones diplomáticas insisten en su lugar. A medida que la situación evoluciona, la comunidad internacional se ve de cerca por el miedo a aumentar las tensiones en la región.