Myanmar celebrará elecciones generales controvertidas el 28 de diciembre de 2025


El gobierno militar de Myanmar ha anunciado que las elecciones generales comenzarán el 28 de diciembre, un movimiento que generalmente es criticado como una fachada destinada a solidificar la autoridad de la junta. Esto marca el primer ejercicio electoral desde el golpe militar en febrero de 2021, que eliminó al gobierno elegido democráticamente y condujo a la detención de líderes importantes, incluido Aung San Suu Kyi.

El país se ha inundado en conflictos civiles desde el golpe, con intensas luchas entre el ejército y varios grupos armados étnicos. Muchos de estos grupos han declarado abiertamente que no permiten votos en sus áreas controladas. La junta se ha enfrentado a desafíos considerables en el mantenimiento del orden, lo que lleva a retrasos en planes electorales anteriores, porque el aumento del levantamiento ha reducido su control territorial.

Staatsmedia informó que alrededor de 55 partidos políticos se han registrado para las elecciones, con nueve planeando disputar escaños a nivel nacional. Según el Comité Electoral de Myanmar: «La primera fase de las elecciones multocráticas para cada parlamento comienza el domingo 28 de diciembre de 2025», con detalles sobre las fases posteriores que deben proporcionarse más adelante.

Realizar una elección en el contexto de conflictos e inestabilidad generalizados es un desalentador desafíos logísticos para las autoridades militares. Sin embargo, Min Aung Hlaing, el líder de la Junta, ha insistido en que las elecciones deben continuar, advirtiendo a graves consecuencias para cada opiniones u obstrucción diferentes relacionadas con el proceso electoral. En particular, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), que ganó victorias históricas en las dos elecciones antes del golpe, no está excluida de la participación en estas próximas elecciones.

Las elecciones planificadas fueron recibidas con tensión por muchos, aunque atraen el apoyo del influyente vecino de Myanmar, China, que prioriza la estabilidad en la región. Los detractores consideran la elección como un medio para que la junta mantenga su poder por parte de los partidos sustitutos, donde se hacen dudas sobre su legitimidad. Tom Andrews, el relator especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en Myanmar, caracterizó las elecciones como un «espejismo» diseñado para crear una apariencia de credibilidad para el régimen militar, alentando a la comunidad internacional a coordinar este esfuerzo.

Desde el golpe, la situación humanitaria en Myanmar se ha deteriorado enormemente, matado con miles y una considerable interrupción económica que resulta en un sufrimiento generalizado. El país también ha tenido que lidiar con los desastres naturales, incluido un terremoto devastador en marzo, agravado por recortes en el financiamiento internacional que han empeorado las necesidades de la población vulnerable.

Human Rights Watch ha criticado la iniciativa electoral de la junta y explica que serían ‘delirios’ creer que todas las elecciones que se realizan bajo la crisis actual se considerarían creíble. La organización ha llamado al fin de la violencia, la liberación de individuos detenidos al azar y la restauración de un proceso político real, donde la junta alentó a permitir que todas las partes participen en el proceso democrático, en lugar de solo la perspectiva.



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