Perder suelto durante el fin de semana no solo puede conducir a resacas, sino que, según un estudio reciente, también puede agravar la gravedad de la apnea obstructiva del sueño (OSA). OSA se caracteriza por descansos de respiración completa o parcial durante el sueño, a menudo debido a la relajación de los músculos en la parte posterior de la garganta que estrecha o impide las vías respiratorias. Esta condición ocurre principalmente en adultos mayores y personas con sobrepeso u obesidad.
Los investigadores han señalado que la gravedad de la AOS tiende a aumentar durante el fin de semana. Aunque el estudio no determina un vínculo causal definitivo, los cambios en el estilo de vida, como el aumento del consumo de alcohol, el tabaquismo y los cambios en los patrones de sueño como posibles factores contribuyentes. El fenómeno ha sido llamado ‘apnea social’ por los investigadores.
El profesor Danny Eckert de la Universidad de Flinders en Australia, coautor de estudio, notó sobre los hábitos comunes de fin de semana y señaló que las personas generalmente beben y fuman más durante este período. Los patrones de sueño irregulares también pueden desempeñar un papel, porque las noches de fin de semana pueden ver que el uso de máquinas continuas de presión de las vías respiratorias positivas (CPAP) utilizadas para manejar la AOS.
Las implicaciones de estos hallazgos son considerables, porque la AOS se asocia con mayores riesgos de diversos problemas de salud, incluidos accidentes cerebrovasculares, presión arterial alta y diabetes tipo 2. Además, la AOS puede influir en el control de la seguridad como resultado de la somnolencia, afectar las relaciones personales y reducir la calidad de vida.
El estudio, publicado en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, analizó datos anonimizados de 70.052 participantes que contienen hombres de mediana edad que tenían sobrepeso que usaban sensores de sueño disponibles en la madre. Estos sensores siguieron estadísticas importantes como la frecuencia cardíaca, los ronquidos y los eventos de OSA. Cada participante registró al menos cuatro evaluaciones de sueño cada semana, con un promedio de cinco o más interrupciones respiratorias por hora por año.
Los resultados indicaron que la posibilidad de OSA moderada a severa, definida si 15 o más interrupciones respiratorias por hora, fue un 18% más alta el sábado en comparación con el miércoles. Esta tendencia se enfatizó principalmente en hombres y personas menores de 60 años. Además, la recuperación del fin de semana de más de 45 minutos en comparación con menos de seis minutos estaba vinculada a un riesgo 47% mayor de OSA moderada a severa, mientras que el jetlag social marcado por un cambio de 60 minutos en los tiempos de sueño asociado con un mayor riesgo de 38%.
El Dr. Sriram Iyer, un consultor de respiración y sueño del NHS que no participó en el estudio, señaló que reconoce la importancia de la variabilidad de la noche a la noche en los síntomas de AOS. Consideró las hipótesis de los investigadores con respecto a las pólizas de seguro de fin de semana como «completamente razonables».
Ryan Chin Taw Cheong, consultor y cirujano para dormir en la Clínica Cleveland en Londres, elogió el tamaño del estudio y el enfoque innovador para investigar las variaciones semanales en la gravedad de la AOS. Hizo hincapié en que, aunque el estudio no vinculó directamente los factores de estilo de vida con la mayor gravedad de la OSA los fines de semana, está bien establecido que los hábitos como el fumar y la bebida pueden empeorar los síntomas. Cheong argumentó para abordar tales problemas de estilo de vida, además de consideraciones de alimentos y peso, como pasos esenciales para controlar la condición. Advirtió que las intervenciones médicas pueden vacilar o las opciones de estilo de vida no se manejan activamente, comparando la situación con una ‘caída en el océano’.