En un paso diplomático considerable, el secretario de estado, Marco Rubio, anunció el retiro de John T. McNamara, el Chargé d’Affaires AD interino de la Embajada Americana en Bogotá, Colombia. Esta acción sigue lo que Rubio describió como «explicaciones infundadas y reprensibles» de funcionarios colombianos de alto riesgo, como resultado de las cuales Estados Unidos ha tomado medidas urgentes con respecto a la relación con Colombia.
El comunicado de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores enfatizó la gravedad de estas acusaciones y declaró que el retiro estaba vinculado a acciones adicionales destinadas a expresar la profunda preocupación del gobierno de los Estados Unidos sobre el estado actual de las relaciones bilaterales. Aunque existen discrepancias de políticas con la administración colombiana actual, la declaración confirmó la importancia de Colombia como socio estratégico. Hizo hincapié en la dedicación estadounidense a la cooperación en el campo de las prioridades compartidas, en particular la seguridad regional y el bien de los ciudadanos estadounidenses y colombianos.
Más detalles sobre el retiro del mercado de McNamara siguen siendo limitados, pero parece acoplado a tensiones crecientes después de las acusaciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, que «extremistas de ala correcta» consume para socavar su presidencia.
Esta tensión en las relaciones diplomáticas está después de los comentarios inflamatorios del ex ministro de Asuntos Exteriores, Álvaro Leyva. Leyva acusó públicamente al presidente Petro de un «adicto» a la droga, incluso sugiriendo que la supuesta dependencia del polvo del presidente influye en su estabilidad emocional y mental. Petro, quien comenzó su mandato presidencial en 2022, negó ferozmente estas afirmaciones durante un discurso reciente en Bogotá, reclamando su dedicación a los ideales revolucionarios y rechaza cualquier idea para ser controlada por las drogas.
Las acusaciones de Leyva no son nuevas; Hizo afirmaciones similares en una carta a principios de este año, describiendo un incidente en el que se dice que Petro está «desaparecido» durante una visita estatal a París. Petro defendió su ausencia como un momento personal con la familia en Francia.
Recientemente se han cargado las relaciones entre Estados Unidos y el Colombo, incluidas disputas sobre la política de inmigración. En marzo, los dos países llegaron a mejorar las medidas biométricas que tenían como objetivo mejorar la gestión de la migración y limitar las actividades delictivas. Esta regulación se logró después de las tensiones anteriores, especialmente cuando el ex presidente Donald Trump y el presidente Petro se toparon con el tratamiento de los migrantes colombianos deportados de los Estados Unidos.
Durante la presidencia de Trump, Colombia se enfrentó a una considerable presión diplomática sobre el tratamiento de los deportados, en el que Trump amenazó las tasas y la prohibición de viajar a los oficiales colombianos en respuesta a los requisitos de Petro para un tratamiento digno de los migrantes. Al final, se llegó a un acuerdo, que reanudó las deportaciones en medio de la constante discusión sobre los derechos de los ciudadanos colombianos en el extranjero.
A medida que el paisaje diplomático cambia, la situación sigue siendo fluida y se esperan más desarrollos a medida que ambos países navegan a través de esta relación compleja y en evolución.