La situación en la ciudad de Gaza, ya destruida por el bombardeo israelí continuo, ha tomado un giro terrible, ya que los informes indican que el gobierno israelí planea tomar el control total de la ciudad. Este desarrollo ha evocado un fuerte sentido de desesperación entre sus residentes, de los cuales aproximadamente un millón permanece en medio de la destrucción generalizada. Muchos de estos ciudadanos huyeron de sus hogares durante las primeras fases del conflicto actual, para regresar en enero pasado después de un cese temporal, el incendio, que había causado brevemente la esperanza de detener las hostilidades.
Sin embargo, esa esperanza se interrumpió rápidamente cuando el alto el fuego se rompió a mediados de marzo, lo que condujo a una crisis humanitaria catastrófica. Los suministros auxiliares fueron seriamente limitados y empeoraron considerablemente las ya terribles condiciones de vida en la ciudad de Gaza. Si bien las tensiones continúan apoyando, parece que el ejército israelí está listo para iniciar una fase nueva y potencialmente catastrófica del conflicto.
Con el gobierno que indica una presión renovada sobre toda la población desde la ciudad de Gaza hasta el sur, se dice que la línea de tiempo para esta operación se establece en dos meses. Esta migración forzada que se acerca evoca seria preocupación por el bienestar y las condiciones de vida de los ciudadanos desplazados, porque las ubicaciones de refugio anteriores como Khan Younis y Rafah han sido destruidas en gran medida en operaciones anteriores. La logística de tal evacuación, llena de relojes nocturnos y tareas de evacuación, considera una imagen sombría de familias agotadas en las carreteras que buscan seguridad.
El destino de los otros centros urbanos de la región, en particular los campos medios de Nuseirat, Bureij y Deir-El-Balah, sigue siendo incierto. Aunque los funcionarios israelíes afirman que no hay planes inmediatos para invadir estos campos, la presencia constante de Hamas podría cambiar este cálculo. Si el grupo de rehenes en estas áreas mantiene, la posibilidad de que se intensifique un conflicto.
Pensando en el paisaje geopolítico más amplio, se dice que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu está decidido a lograr lo que él llama «victoria total» en Hamas, posiblemente a costos humanos considerables. Aunque una parte significativa de la población israelí se opone a estas tácticas debido a sus implicaciones para los aproximadamente 50 rehenes restantes, la mayoría de los observadores en todo el mundo expresan horror sobre la perspectiva de desplazamiento masivo y destrucción urbana.
La estrategia de Netanyahu parece impulsada por una convicción de que el poder regional establecido de Israel, incluidos sus éxitos militares contra oponentes en el Líbano y Siria, lo quemó para continuar sin temor a repercusiones considerables en el escenario internacional. A pesar de las posibles consecuencias diplomáticas, incluido el creciente aislamiento, se especula sobre qué podría evitar que haga planes que pongan en peligro la vida civil.
Mientras el mundo está mirando, las tensiones siguen siendo altas y el fantasma de una mayor violencia se avecinó sobre la ciudad de Gaza y sus habitantes asediados. En las próximas semanas, puede revelar si los esfuerzos diplomáticos pueden cambiar el proceso de este sombrío contado para destruir, o si el ciclo de destrucción se repetirá.