En una escalada significativa de la retórica entre Estados Unidos y Rusia, el presidente Donald Trump ha dado un paso decisivo al ordenar el reposicionamiento de dos submarinos nucleares estadounidenses. Este paso sigue los comentarios del ex presidente ruso Dmitry Medvedev, quien describió a Trump como «muy provocativo».
Trump comunicó su orden a través de su plataforma de redes sociales y afirmó que las acciones eran medidas de precaución a la luz de las declaraciones de Medvedev, que consideraba como un inflamatorio. Trump enfatizó la importancia de las palabras y el potencial de consecuencias involuntarias que surgen, y expresar la esperanza de que esta situación no aumentaría más.
Aunque las implicaciones específicas del reposicionamiento de submarinos nucleares estadounidenses siguen sin estar claros de que estos barcos son regiones globales rutinariamente críticas, el momento de esta decisión cae junto con las elevadas tensiones en las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia en medio de una guerra constante en Ucrania. La administración de Trump quiere insistir activamente en un cese, el incendio del enviado especial Steve Witkoff, quien pronto visitará Rusia. El presidente también ha amenazado con imponer nuevas sanciones económicas si hay una falta de progreso, por lo que la línea de tiempo se acorta para la acción de los primeros 50 días a solo 10.
El intercambio entre Trump y Medvedev se hizo más intenso al final del jueves, cuando Trump calificó al ex líder ruso como un «ex presidente fallido» y le advirtió que estuviera consciente de su idioma. Medvedev, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional Rusia, respondió horas después diciendo: «Rusia está en todo y seguirá siendo su propio camino».
Medvedev se desempeñó como presidente de 2008 a 2012, durante un período en el que el actual presidente Vladimir Putin no pudo realizar un término sucesivo. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, la retórica de Medvedev se ha cambiado drásticamente; Una vez considerado una figura más progresiva y liberal, ha adoptado una actitud más agresiva, ha hecho un uso abierto de las amenazas nucleares y tratan los intercambios provocativos con los líderes occidentales.
Los analistas sugieren que sus declaraciones recientes sirven para adaptarse a Putin y apelar a elementos duros dentro de la política rusa. La historia de las confrontaciones en línea entre Trump y Medvedev agrega otra capa a esta compleja relación. En disputas anteriores, Medvedev rechazó las amenazas de Trump con respecto a los suministros de armas a Ucrania y las tasas contra Rusia, lo que indica un despido del apalancamiento estadounidense en la región.
La situación de desarrollo plantea preguntas sobre el potencial de escalada y las implicaciones más amplias para la estabilidad internacional, ya que ambas partes continúan navegando a través de esta interacción tensa.