Nuevos hallazgos de equipos de investigación en Brasil y Botswana sugieren que una cantidad considerable de agua puede ocultarse en el manto de la tierra, a unos 700 kilómetros debajo de la superficie. Esta revelación desafía las ideas convencionales de los sistemas hidrológicos del planeta y abre nuevas formas de explorar los procesos internos de la Tierra.
La idea de un océano subterráneo puede pensar en el trabajo imaginativo de Jules Verne, pero estos descubrimientos científicos subrayan una realidad frágil. La investigación ha surgido durante la última década y revela que el agua puede ser capturada en minerales como Ringwoodite, una sustancia que puede mantener los iones de hidróxido a presión extrema.
Las raíces de esta exploración datan de 2009 cuando descubrieron el Dr. Graham Pearson y su equipo de la Universidad de Alberta Ringwoodite en Brasil. El mineral se encontró en un monstruo recolectado de las profundidades entre 410 y 660 kilómetros, lo que marcó la primera vez que se vio en condiciones naturales en el manto de la tierra. Anteriormente identificada en meteoritos, la existencia de Ringwoodite demostró en un entorno tan único que el agua podría permanecer muy por debajo de la superficie de la Tierra, oculta bajo una inmensa presión.
Avance rápido hasta 2022, los investigadores de Botswana confirmaron estos hallazgos nuevamente. Un físico mineral, Tinging GU, informó el descubrimiento de piedras adicionales que contienen rastros de Ringwoodite, lo que respalda aún más la hipótesis de que hay cantidades significativas de agua profundas en la tierra.
Los geólogos ahora suponen que la zona de transición de la Tierra podría contener agua equivalente o incluso mayor que el volumen encontrado en todos los océanos. Sin embargo, esta agua no existe como un océano convencional; En cambio, está vinculado dentro de minerales como Ringwoodite, dentro de los iones de hidróxido, lo que significa que las expectativas previas de qué se forma agua en el interior de la tierra.
Esta revelación innovadora ha alimentado la emoción y el escepticismo entre la comunidad científica, como resultado de la cual los expertos están revisando los supuestos a largo plazo sobre el origen y los roles del agua en la tierra. El Dr. Tinging Gu sugiere que este depósito oculto puede representar un ciclo de aguas profundas, de vital importancia para comprender el movimiento del agua entre las capas superficiales y subterráneas, así como los procesos tectónicos.
Las implicaciones de estos hallazgos se extienden más allá de la hidrología, porque el agua atrapada en el manto puede influir en la tectónica de la placa. El Dr. Graham Pearson señala que dicha agua puede influir en el movimiento y la interacción de las placas tectónicas, con posibles consecuencias para la actividad volcánica y los eventos sísmicos.
Si bien la investigación continúa profundizando en las propiedades y roles de Ringwoodite, los científicos esperan que este descubrimiento no solo refine su comprensión de la estructura interna de la Tierra, sino que también hace preguntas importantes sobre la interacción entre el agua y los poderes geológicos. El estudio de este embalse oculto promete reformar nuestra comprensión de la dinámica de la tierra y el papel del agua en su historia geológica.