El vicepresidente de Colombia, Francia Márquez, recientemente abordó las tensiones internas en el gobierno, caracterizada por preguntas sobre su lealtad hacia el presidente Gustavo Petro. Esta situación se ha vuelto relevante después de la propagación de un supuesto plan que intenta alejar a Petro del poder antes de finalizar su mandato en agosto de 2026. Márquez, el primer vicepresidente de rechazo afro en el país, se declaró sorprendido por ser referido como un traidor, afirmando que en Colombia, el surgimiento de una mujer, la oscuridad y el climatización.
La atmósfera política se volvió más tensa después de que el ex canciller Álvaro Leyva, publicado en Audio’s por el periódico El País, mencionó una estrategia que Márquez consideró un posible sucesor de Petro. En respuesta a estas declaraciones, Márquez continuó permaneciendo en silencio por un tiempo, pero finalmente terminó la comunicación que negó su vínculo con el plan y le pidió a la oficina del fiscal que investigara los hechos después de que Petro indicara que los involucrados tenían que ser responsables de las grabaciones.
Durante un evento en Cali, para conmemorar el Día Internacional de Mujeres y Afro -Decringing Girls, Márquez defendió su posición y afirmó que expresar opiniones desviantes dentro del gobierno que ha elegido no forma una traición. «Hacer ejercicio de dignidad no es conspiración, sirvo a mi gente con lealtad», dijo.
Las tensiones entre Márquez y Petro no son nuevas porque se habían manifestado antes de que el audio se hiciera público. En una sesión del Consejo de Ministros que fueron transmitidos por televisión, Márquez entrevistó a varias decisiones presidenciales y fue una de las voces más críticas. En consecuencia, varios ministros presentaron su renuncia y el presidente procedió a cambios significativos en su gabinete. Como parte de estos cambios, Márquez fue eliminado de su papel de Ministro de Igualdad, una posición que había contribuido a determinar y representar a uno de sus golpes de campaña más importantes para servir a los sectores más vulnerables.
Para Márquez, la rotura política es un reflejo de problemas más profundos en la sociedad colombiana. Él cree que fue objeto de ataques debido a su raza y que su figura, emblemáticamente para un grupo históricamente marginado, se usó como una herramienta electoral. En sus propias palabras, cuando el equipo ganó las elecciones, su presencia fue permitida, pero no recibió ningún reconocimiento. «Quiero gritar, quiero decir cómo este país nos arrastra en sus historias de exclusión, nos asfixia con su desconfianza y luego nos culpamos por no respirar», dijo.
La situación ocurre en un contexto de creciente polarización política y social, donde la lucha interna en el gobierno no solo revela disputas de poder, sino también la lucha de voces que representan sectores subalternos en la atmósfera política colombiana.