El telescopio espacial James Webb de la NASA ha presentado un retrato celestial llamativo y raro con dos estrellas moribundas colosales vestidas con una enorme nube de polvo espiral, entrelazado en una forma que recuerda a las serpientes cósmicas. Esta imagen ofrece un primer plano de APEP, un sistema binario único con Wolf-Rayet, y marca lo más destacado de un esfuerzo de cinco años de astrónomos que desean decodificar uno de los fenómenos más explosivos del universo.
Las estrellas gemelas de APEP no solo son sólidas, sino que también se clasifican como estrellas de rayas de lobo, conocidas por sus rápidas capas de hidrógeno externas debido a intensos vientos estelares. Estas estrellas se encuentran entre las entidades más temporales y volátiles del universo. Justo antes de sus próximas explosiones de supernova, descargan el viento de gas que son mucho más poderosos que el sol emitido por nuestro sol.
Lo que distingue a APEP de otros sistemas comparables es la geometría única. En los sistemas binarios convencionales dominados por una sola estrella de rayet de lobo, los vientos estelares generalmente crean estructuras espirales que se asemejan a «ruedas de alfiler». Por el contrario, ambas estrellas retienen la fuerza casi igual en APEP, lo que conduce a vientos opuestos que generan concretos de concreto ancho separados de gas y polvo comprimidos. La niebla resultante adquiere una forma de viento, envuelve las estrellas en formaciones gruesas y enrolladas, lo que refleja una serpiente que consume su propia cola.
Un análisis posterior de las imágenes infrarrojas hechas por la cámara Miri del telescopio espacial James Webb ha presentado detalles más complicados del sistema APEP. Se han confirmado sospechas a largo plazo entre los astrónomos con respecto a la existencia de una tercera estrella. Las primeras observaciones de 2018 fueron truenos en este compañero lejano, pero no había suficiente claridad. Los últimos datos, ahora detallados en dos PREPRINTPAPERS, revelan que esta tercera entidad estelar es un jugador activo en la dinámica del sistema.
Ryan White, un estudiante de maestría en la Universidad de Macquarie, ha creado un modelo computacional que aclara la estructura de la niebla y los trabajos de las estrellas. Identificó una «mordida» notable en las capas espirales de polvo, que coincide perfectamente con la trayectoria esperada de los vientos que surgen de la tercera estrella. Este descubrimiento no solo establece APEP como un sistema binario, sino como una configuración de triple estrella, donde cada estrella contribuye a la estructura dramática que se observa.
La nueva comprensión del sistema APEP se extiende más allá de las meras intrigas visuales, lo que brinda ideas cruciales sobre la formación de polvo rico en carbono en la habitación. Las áreas densas y más frías que se desarrollan cuando se unen los poderosos vientos estelares se teorizan como los puertos de los primeros granos de carbono del universo – elementos integralmente bajo el origen de la vida. En APEP, este proceso se desarrolla de una manera previamente desconocida y enfatiza la complicada interacción de la geometría, el movimiento y la masa estelar.
Yinuo Han, un astrónomo que dirige un examen complementario de Caltech, ha vinculado la temperatura del polvo desde la niebla a la distancia desde la tierra. A diferencia de las estimaciones anteriores, este nuevo análisis sugiere que las estrellas están considerablemente más lejos de lo que se pensaba anteriormente, lo que cambia su claridad derivada y cuestionando los supuestos existentes sobre la rotación estelar y la resistencia al viento. El equipo de investigación también ha identificado tres escalas de polvo concéntricas, cada una de las cuales es más progresivamente más débil y más fría que la anterior, lo que indica que las erupciones episódicas tuvieron lugar en la historia del sistema.
El desarrollo del Apep -Nevel se rige por principios físicos fundamentales. Benjamin Pope, profesor asociado de la Universidad de Macquarie, enfatiza que el destino violento de estas estrellas crea rompecabezas complicados que están adaptados a las leyes establecidas por Newton y Archimedes. Aunque las fuerzas cósmicas en el juego pueden parecer caóticas, siguen patrones armoniosos y predecibles.
Esta sorprendente imagen, además de los datos recopilados, no solo fascina la imaginación, sino que también ofrece profundas ideas astrofísicas. A medida que las estrellas llegan al final de sus ciclos de vida, influyen profundamente en su entorno, dejando legados complejos como APEP que pueden decodificarse con herramientas de observación avanzadas.