Pesca ilegal en áreas marinas protegidas: los satélites y la IA muestran que se respetan más


Las áreas protegidas para marinas (MPA) actualmente cubren más del 8% de los océanos del mundo, diseñadas para servir como santuarios para la vida en el mar. Sin embargo, la preocupación sigue siendo con respecto a la efectividad real de estas áreas al frenar las actividades de pesca ilegal.

Aunque la intención detrás de las MPA es crear puertos seguros para especies como peces y ballenas, el desafío conduce a monitorear estos enormes espacios al escepticismo sobre su aplicación. Los incidentes de alto perfil, como la infiltración de flotas de pesca en las cercanías de las islas y barcos de Galápagos que eliminan sus dispositivos de seguimiento, subrayan el potencial de caza furtiva no informada.

Sin embargo, investigaciones recientes indican que las MPA donde la pesca industrial está explícitamente prohibida, lo que demuestra un éxito notable en la prevención de actividades de pesca ilegal. Un extenso estudio global utilizó tecnología satelital avanzada, capaz de seguir barcos grandes, incluso cuando deshabilitan sus sistemas de seguimiento, lo que mostró que estas zonas completamente protegidas en gran medida salen.

Los ecosistemas que intentan proteger los MPA incluyen varios hábitats que son esenciales para reproducir y alimentar la vida marina. La pesca industrial es una amenaza importante para estos entornos, con una flota global sustancial que puede operar en aguas internacionales durante mucho tiempo. La industria pesquera transporta alrededor de 100 millones de toneladas de mariscos cada año, por lo que las poblaciones de peces están agotadas contra porcentajes no rurales, con un tercio de las especies de peces comerciales que se enfrentan a la sobrepesca.

Las MPA ideales prohíben la pesca industrial y se consideran el estándar de oro para la retención. Los estudios sugieren que las regiones bien encargadas pueden fortalecer la vida marina, incluso una influencia positiva en la pesca circundante a través del desbordamiento de los peces. La política internacional enfatiza cada vez más la expansión de los MPA, por lo que a los países se les promete el 30% de las áreas oceánicas para 2030.

Sin embargo, el término «protección» puede ser engañoso. Aunque los informes indican que más del 8% de los océanos están protegidos, solo alrededor del 3% de estas regiones de pesca industrial prohíben. Algunos MPA aún permiten prácticas dañinas, como el arrastre de fondo, aunque las regulaciones evolucionan gradualmente.

El desafío de monitorear MPA se ve exacerbado por una dependencia del Sistema de Identificación Automática (AIS) para los siguientes barriles que pueden ser fácilmente manipulados o deshabilitados. Las tecnologías satelitales emergentes, como la apertura sintética Maradar (SAR), pueden llenar estos vacíos y revelar actividades marítimas previamente ocultas. SAR detecta barcos sin requerir transmisiones AIS, lo que mejora significativamente las posibilidades de supervisión.

Estudios recientes publicados en Ciencia Utilizaron datos AIS además de observaciones SAR para investigar las actividades de pesca en las MPA. Un estudio estaba dirigido a áreas donde la pesca industrial está legalmente prohibida y analiza casi 1,400 MPA por encima de una gran inmensidad del océano. Los hallazgos fueron prometedores: la mayoría de los MPA mostraron signos mínimos de pesca industrial, que detectaron alrededor de cinco barcos por cada 100,000 kilómetros cuadrados, que contrastaban fuertemente con los 42 barriles por 100,000 kilómetros cuadrados encontrados en aguas sin protección. En particular, el 96% de estas MPA se registraron menos de un día de pesca ilegal cada año.

El segundo estudio lanzó una red más amplia, incluidas las MPA que hacen posible la pesca e identificó una actividad sustancial en esas regiones, lo que confirma que las regulaciones más débiles se correlacionan con una mayor actividad de pesca.

Estos estudios sugieren que aunque las MPA con protección robusta pueden disuadir efectivamente la pesca ilegal, mantener estas reglas sigue siendo crucial. El progreso en la tecnología satelital también ofrece un camino prometedor para mejorar la aplicación de la ley del marino, lo que permite a las agencias seguir actividades remotas y reducir los costos relacionados con las patrullas físicas.

Dichas innovaciones han llevado a reducciones significativas en la pesca ilegal, como se puede ver en el Parque Nacional de la Isla de Cocos de Costa Rica después de la aprobación del monitoreo de satélite. Se observan mejoras similares en las Islas Galápagos y el Parque Nacional Revillagigedo en México.

La capacidad de mantener una amplia gama de actividades humanas en espacios oceánicos puede mejorar la responsabilidad de las empresas involucradas en industrias como la extracción de petróleo y la minería profunda. Esta tecnología no solo es para mejorar la aplicación dentro de las MPA, sino que también promueve la esperanza de entornos oceánicos más sostenibles y protegidos.



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