El estudio encuentra que el alcaloide vegetal desencadena una respuesta única de dos fases en el proceso de limpieza de células


Investigadores de la Universidad de Tsukuba han hecho un descubrimiento importante con respecto a la tetrandrina, un alcaloide natural con propiedades notables, en particular su influencia en los mecanismos celulares. Sus hallazgos, detallados en la revista de biología química ACS, revelan una respuesta celular bifásica compleja impulsada por el efecto de la tetrandrina en la autofagia, el proceso a través del cual las células eliminan proteínas y orgánulos innecesarios.

La autofagia, a menudo descrita como el ‘equipo de limpieza celular’, se basa en lisosomas: pequeños orgánulos responsables de descomponer y reciclar componentes celulares. La tetrandrina, de la planta de Stephania Tetrandra de China y Taiwán, ya ha sido reconocida por sus beneficios farmacológicos, incluidos los efectos anti -cáncer y neuroprotectores. Sin embargo, los mecanismos específicos que hacen que estas funciones posibles se entiendan poco, especialmente con respecto a cómo la tetrandrina interactúa con la autofagia.

En su investigación, los investigadores utilizaron una conexión etiquetada fluorescente que se conoce como sonda 2 para rastrear la localización de la tetrandrina en las células. Descubrieron que la sonda se reunió específicamente en los lisosomas, lo que indica una acción dirigida. En particular, la presencia de tetrandrina aumentó temporalmente el pH de estos orgánulos normalmente ácidos, lo que afecta su función típica.

El estudio ha aclarado una respuesta única de dos fases iniciada por la tetrandrina: los lisosomas dañados sufrieron eliminación selectiva por un proceso llamado lisofagia, mientras que al mismo tiempo se promueve la formación de lisosomas nuevos. Esta doble acción rechaza la tetrandrina de otros moduladores que generalmente inhiben las funciones lisosómicas al bloquear o interferir canales de membrana con actividades hidrolíticas internas.

Las implicaciones de este estudio son profundas, especialmente en el contexto de enfermedades caracterizadas por la enfermedad de autofagia-lisosoma, como los trastornos neurodegenerativos. La capacidad de Tetrandrine para ordenar tanto los orgánulos dañados como para facilitar la creación de nuevos sugiere un camino terapéutico prometedor para abordar estas condiciones. Los hallazgos del equipo pueden despejar el camino para una mayor exploración del papel de las conexiones diseñadas bien consideradas en la gestión de la salud y las enfermedades celulares.



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