En un comentario sorprendente sobre el estado actual de la conectividad a Internet en Rusia, un video de rap satírico del blogger Pavel Osipyan ha atraído una considerable atención pública, con más de medio millón de visitas en Instagram en solo dos semanas. Osipyan, filmado por Rostov-On-Don, usa el humor para pensar en las frustraciones con las que muchos residentes se enfrentan debido a una grave pérdida de Internet. Raps: «¿Cómo se dice que vienes de Rostov sin decir una palabra? Muestre un servicio móvil de bar», las luchas de navegar por la vida diaria sin acceso confiable a Internet.
Dichas quejas no son únicas para Osipyan, pero enfatizan una crisis más amplia que afecta a innumerables regiones en toda Rusia, en particular las cercanas a Ucrania, donde los conflictos actuales han llevado a crecientes precauciones contra las amenazas de drones. Los cierres de teléfonos móviles en Internet se implementan en diferentes ubicaciones, que impulsan las tareas esenciales, como hacer pagos con tarjeta para comestibles y el uso de aplicaciones de navegación, nos han convertido en un lugar común. Los observadores señalan que estas interrupciones a menudo conducen a un caos adicional, con los servicios de informes y transporte de cajeros automáticos que están luchando.
Los expertos expresan su preocupación por las implicaciones de estos cierres de Internet. Anastasiya Zhyrmont, ahora gerente de políticas en acceso al Grupo de Derechos Digitales, enfatizó el potencial de consecuencias a largo plazo en una nación donde las libertades en línea ya están muy limitadas. Dichas medidas de emergencia, enmarcadas si es necesario para la seguridad nacional, pueden crear un precedente inquietante, dando a las autoridades un nivel inquietante de control sobre el acceso digital.
La tendencia comenzó a principios de este año durante los festivales militares en Moscú, donde las alteraciones deliberadas en Internet se confirmaron a la luz de las persistentes amenazas de drones de Ucrania. Los portavoz de Kremlin indicaron que estas restricciones permanecerían tan largas como necesarias para la seguridad de los ciudadanos, como resultado de lo cual los funcionarios regionales reflejarían tales declaraciones sobre la necesidad de restricciones de Internet orientadas a la seguridad.
A raíz de estos cierres, los problemas de conectividad se intensifican, con un grupo activista que sigue la disponibilidad de Internet y señaló que desde mediados de julio las mal funcionamiento han afectado a innumerables regiones en todo el país. Los informes indican que más de la mitad de estas regiones han experimentado una conexión móvil y de banda ancha, lo que ilustra la naturaleza generalizada del problema.
Los residentes locales han contado sus experiencias, con una serie de sentimientos de aislamiento durante el mal funcionamiento. Una persona describió su vida en Voronezh si parece ‘una cueva’ si no tiene acceso a Internet, mientras que otras interrupciones impredecibles se notaron en Samara, donde el servicio igualmente tuvo lugar en horas impares. Las áreas rurales, altamente dependientes de las redes móviles, han enfrentado en particular desafíos agudos, con pequeñas farmacias que tienen dificultades para operar sin la conectividad en línea necesaria para procesar recetas.
En respuesta a un rendimiento, algunas autoridades han indicado planes para mejorar la conectividad, incluido el establecimiento de nuevos lugares WiFi y una agencia potencial para supervisar los procedimientos de cierre. Sin embargo, el escepticismo sigue siendo la minuciosidad de estos remedios.
La historia de los paraguas revela un enfoque deliberado y sistemático para el Kremlin para agudizar su control sobre las libertades de Internet, una tendencia que ha ganado fuerza durante la última década. Los esfuerzos anteriores para suprimir diferentes opiniones incluyen bloquear plataformas de redes sociales y limitar el acceso a transmisiones de noticias independientes. Aunque se han informado algunas mejoras en la conectividad en ciertas ciudades, la situación sigue siendo impredecible, por lo que las alarmas sobre la disposición de los rusos a adaptarse a tales violaciones de sus derechos digitales.
El comentario de Zhyrmont incluye la creciente inquietud: la normalidad de la vida con estas limitaciones debería ser una razón para la preocupación, en lugar de un nuevo estándar en la sociedad moderna.