El miércoles por la mañana, los legisladores y los estados miembros de la UE alcanzaron un importante acuerdo para eliminar gradualmente todas las importaciones de gas ruso para el otoño de 2027. La decisión se produce en medio de esfuerzos en curso para reducir la dependencia del bloque de los suministros energéticos rusos, que han sido criticados tras las recientes acciones rusas caracterizadas como la “militarización” de los mercados energéticos.
El acuerdo, descrito como un compromiso entre los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo, tiene como objetivo establecer un calendario claro para poner fin a las importaciones de gas natural ruso. Según un comunicado del Consejo Europeo, el marco establece que los contratos a largo plazo de gasoductos finalizarán el 1 de noviembre de 2027. Además, los contratos a largo plazo de gas natural licuado (GNL) finalizarán el 1 de enero de 2027.
El acuerdo también contiene disposiciones para contratos a corto plazo, que serán aún más restringidos. En el caso del GNL, estos contratos se eliminarán progresivamente a partir del 25 de abril de 2026, mientras que los contratos de gasoductos finalizarán antes del 17 de junio de 2026. Este enfoque estructurado refleja el compromiso del bloque de reducir su dependencia de las fuentes de energía rusas, especialmente después de las perturbaciones que han tenido un impacto significativo en el mercado energético europeo.
Sin embargo, el acuerdo sigue siendo provisional y está sujeto a la aprobación final tanto del Parlamento Europeo como de los estados miembros individuales de la UE. Mientras el bloque lucha con cuestiones de seguridad energética, este acuerdo representa un esfuerzo consolidado para desvincularse de la energía rusa, especialmente dadas las tensiones geopolíticas que han aumentado en los últimos meses.
Mientras continúan los debates sobre la independencia energética, los plazos establecidos en este acuerdo se consideran pasos cruciales para lograr un futuro energético más seguro y autosuficiente para Europa.



