Japón está tomando medidas importantes para fortalecer sus capacidades de defensa costera, especialmente a la luz de las crecientes amenazas regionales de China y Corea del Norte. Como parte de su solicitud de presupuesto para 2026, el país planea comprar una nueva generación de sistemas de misiles, lo que subraya su compromiso de mejorar la seguridad de sus remotas islas del suroeste.
La Fuerza de Autodefensa de Japón (JSDF) planea comprar 11 lanzadores para el Sistema de Misiles Multipropósito Kai, como se indica en los documentos presupuestarios del Ministerio de Defensa. Este sistema representa una mejora sustancial del arsenal de defensa de Japón, específicamente destinado a contrarrestar posibles desembarcos anfibios y amenazas blindadas.
El sistema de misiles multipropósito Kai es una evolución de sistemas de misiles de corto alcance anteriores, como el Tipo 96, que se desarrolló durante la Guerra Fría. El sistema mejorado está diseñado para atacar múltiples objetivos simultáneamente, incluidas lanchas de desembarco, vehículos de asalto anfibio, barcos con colchón de aire y vehículos blindados. Se espera que esta capacidad multiobjetivo, combinada con un mayor alcance de despliegue, mejore significativamente la eficacia operativa de Japón.
Además del nuevo sistema de misiles, la estrategia de defensa de Japón también incluye el fortalecimiento de las capacidades antibuque existentes de mayor alcance, incluido el misil Tipo 12 y las próximas iniciativas de misiles de crucero e hipersónicos. Este enfoque integral tiene como objetivo establecer un marco sólido de defensa costera estratificada y de negación de áreas alrededor de las islas remotas de Japón.
El enfoque del gobierno japonés en aumentar su presencia militar también se refleja en la reciente expansión de nuevas bases y el despliegue de unidades de defensa costera en las islas Nansei, que se extienden hasta Taiwán. Los funcionarios han citado un “entorno de seguridad severo y complejo” como justificación para esta escalada de actividades militares.
Además, el presupuesto de 2026 apoyará el desarrollo de sistemas de defensa costera sincronizados, híbridos, integrados y mejorados. Esta iniciativa prevé incluir múltiples sistemas no tripulados para mejorar la vigilancia y fortalecer las capacidades de respuesta ante posibles operaciones anfibias.
Este impulso hacia capacidades de defensa avanzadas está en consonancia con mejoras militares regionales más amplias. Recientemente, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobó una posible venta de municiones de precisión y equipos asociados a Japón por valor de 82 millones de dólares, lo que refleja aún más el compromiso del país con la modernización militar frente a la creciente influencia de China.
Además, la JSDF ha avanzado en la tecnología hipersónica, habiendo probado su primer sistema de misiles hipersónicos, que ahora está pasando a la producción en masa para contrarrestar las crecientes amenazas de los adversarios vecinos. La JSDF también fue noticia en noviembre cuando Tokio pilotó con éxito una flota de cinco drones propulsados por aviones en helicóptero, demostrando avances en la tecnología de drones y operaciones remotas.
Estos acontecimientos señalan el enfoque proactivo de Japón hacia la defensa nacional mientras el país busca adaptarse a un panorama de seguridad que cambia rápidamente en la región de Asia y el Pacífico.



