La startup finlandesa Kellou lanza aeronaves propulsadas por hidrógeno para la vigilancia de la OTAN


En poco menos de diez segundos, las innovadoras aeronaves plateadas de Kellou despegan del suelo y se elevan rápidamente por encima de las copas de los árboles del este de Finlandia. Esta startup escandinava moderniza el concepto de dirigible de gas para aplicaciones militares contemporáneas, con el objetivo de fortalecer las capacidades de defensa occidentales. Con base a unas 50 millas de la frontera rusa, Kellou lanza pequeñas aeronaves propulsadas por hélices, llenas de hidrógeno, y las ve como un activo estratégico para el campo de batalla y la vigilancia fronteriza.

Kellou ya está creando asociaciones y ha conseguido con éxito un contrato con la OTAN a través de su nuevo programa innovador diseñado para conectar empresas emergentes con necesidades militares. Estos dirigibles pueden equiparse con una variedad de cámaras y sensores, lo que los hace adecuados para la vigilancia remota continua de áreas cercanas y alejadas de zonas de conflicto. Las aeronaves están automatizadas, lo que permite a los operadores establecer fácilmente un destino sin la necesidad de un seguimiento constante durante el vuelo.

A diferencia de los pequeños drones (que normalmente tienen un tiempo de vuelo limitado) y los aviones espía tradicionales, que requieren importantes recursos y mano de obra, las aeronaves de Kellou pueden permanecer en el aire hasta doce horas. Niko Kuikka, jefe de ingeniería de la compañía, enfatizó que su principal interés en el mercado radica en la resistencia a capacidades aéreas específicas. Con una longitud similar a la de un autobús urbano y una anchura de 1,80 metros, estos dirigibles están especialmente optimizados para un despliegue rápido y eficiente. Están diseñados para ser livianos, lo que permite que un solo operador los lance fácilmente desde contenedores de envío estándar.

El compromiso de Kelluu con la asequibilidad es evidente mientras se esfuerzan por producir dirigibles que sean rentables y fáciles de reemplazar, reduciendo el riesgo de tiempo de inactividad operacional debido a pérdidas. Kuikka enfatizó que desplegar una costosa aeronave no sería una solución práctica para las operaciones militares.

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La empresa opera en Joensuu, una pequeña ciudad finlandesa que se ha enfrentado a crecientes tensiones regionales tras la invasión de Ucrania. Este posicionamiento geográfico ofrece ventajas, incluido el desafío de las frecuentes interferencias electrónicas tanto de Rusia como de Finlandia, lo que obliga a Kelluu a garantizar la resiliencia contra la guerra electrónica. La proximidad a la frontera les ha permitido, sin darse cuenta, probar y perfeccionar su tecnología en un entorno que simula desafíos operativos del mundo real.

Teniendo en cuenta la resiliencia climática, Kellou ha diseñado sus dirigibles para resistir las duras condiciones del Ártico. A medida que se intensifican las discusiones en curso sobre la defensa fronteriza en Finlandia, Kellou está posicionando sus aeronaves como un activo que puede respaldar misiones de vigilancia a largo plazo.

Fundada en 2018, Kellou se centró inicialmente en aplicaciones civiles como la supervisión de líneas eléctricas, pero ahora la empresa está evolucionando rápidamente dentro del panorama de defensa europeo en medio de crecientes preocupaciones de seguridad. En particular, fue seleccionada como una de las catorce empresas para formar parte del Acelerador de Innovación en Defensa para el Atlántico Norte (DIANA) de la OTAN, parte de una iniciativa diseñada para integrar rápidamente tecnología de punta en estrategias militares.

Las aeronaves de Kelluu son conocidas por sus capacidades “altamente versátiles”, especialmente en entornos que desafían los sistemas aéreos tradicionales. Estas aeronaves están diseñadas para ser menos detectables por radar y pueden operar en entornos electromagnéticos que plantean riesgos importantes para los sistemas convencionales.

Además, los avances tecnológicos de Kelluu, destacados por su exclusivo método de llenado de hidrógeno, promueven capacidades de elevación mejoradas a un costo menor en comparación con el helio. Este enfoque innovador, junto con un diseño estructural semirrígido que permite una combinación de forma y función, crea una plataforma que podría revolucionar el reconocimiento aéreo.

Kellou actualmente opera una pequeña flota de poco menos de veinte dirigibles, con planes ambiciosos para aumentar la producción. La compañía pretende producir más de 500 unidades para los miembros de la OTAN, con el objetivo a largo plazo de aumentar esa cifra a 3.500. Algunos dirigibles ya se están probando en otros países europeos y se está discutiendo la posibilidad de transferir las operaciones al personal militar en el futuro. A medida que la comunidad de defensa busca soluciones eficientes y adaptables, las aeronaves de Kellou están emergiendo como un potencial punto de inflexión en el monitoreo del campo de batalla y la protección de fronteras.



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