Un estudio reciente dirigido por los investigadores, la Dra. Adrienne Chan y el profesor Ian Wong de la Universidad de Aston, ha destacado importantes avances en la distribución global y las prácticas de seguridad en torno a los medicamentos antiepilépticos. La investigación, realizada con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se centró en las tendencias en 73 países entre 2012 y 2022.
El estudio informa de un aumento notable en el acceso a tratamientos con fármacos antiepilépticos en países de ingresos bajos y medios. Se trata de un avance prometedor para hacer que los medicamentos neurológicos esenciales estén disponibles para poblaciones que antes luchaban con opciones limitadas. Sin embargo, el estudio plantea preocupaciones sobre la seguridad inconsistente de las prácticas de prescripción asociadas con estos medicamentos.
El valproato, un medicamento anticonvulsivo catalogado como medicamento esencial por la OMS, se receta comúnmente a pesar de sus riesgos bien documentados, especialmente en mujeres en edad fértil. El uso de valproato durante el embarazo se asocia con trastornos graves del desarrollo neurológico, como espina bífida, paladar hendido y diversos trastornos cognitivos y conductuales. La OMS ha advertido públicamente contra el uso de valproato en mujeres y niñas que podrían quedar embarazadas, destacando que se trata de un importante problema de salud mundial.
Los hallazgos ilustran una diferencia en las prácticas de prescripción entre diferentes regiones. En los países más ricos, regulaciones más estrictas y amplios programas de prevención de embarazos han contribuido a una disminución en el uso de valproato. Por el contrario, muchas áreas de bajos ingresos todavía ven el valproato como la opción de tratamiento principal debido a la falta de acceso a terapias más nuevas y seguras que podrían estar disponibles en otros lugares.
A la luz de estos hallazgos, los autores del estudio enfatizan la necesidad crítica de una mejor educación para los proveedores de atención médica. Enfatizan la importancia de que los médicos sean plenamente conscientes de los riesgos asociados con el valproato y estén informados sobre alternativas más seguras que podrían mitigar los posibles efectos adversos en los pacientes y sus futuros hijos.
Para comprender mejor las implicaciones de estos medicamentos, los investigadores sugieren que se necesitan estudios en curso. Las investigaciones futuras deberían profundizar en las poblaciones específicas que utilizan estos tratamientos e investigar el cumplimiento de las pautas de seguridad existentes, especialmente entre las mujeres en edad fértil.
El Dr. Chan comentó: “Nuestros hallazgos muestran que el acceso a los medicamentos antiepilépticos está aumentando a nivel mundial, lo cual es una buena noticia para los pacientes que anteriormente tenían pocas o ninguna opción de tratamiento. Pero el uso generalizado y continuo de valproato en algunas partes del mundo es preocupante dados sus riesgos conocidos durante el embarazo. Se necesita con urgencia una mayor alineación global sobre prescripción segura y educación para proteger a las generaciones futuras”.
La OMS encargó este estudio no solo para monitorear las tendencias actuales en la prescripción, sino también como parte de su misión más amplia de garantizar un acceso seguro y equitativo a los servicios de salud esenciales en todo el mundo.



