En un trágico incidente el miércoles en Washington, D.C., un miembro de la Guardia Nacional murió tras un tiroteo cerca de Farragut Square. Sarah Beckstrom, una soldado de 20 años de Virginia Occidental, sucumbió a sus heridas, según confirmó el presidente Donald Trump durante una llamada de Acción de Gracias con miembros del servicio estadounidense. El segundo soldado, Andrew Wolfe, de 24 años, permanece en estado crítico, lo que generó preocupación y apoyo de varios funcionarios de todo el país.
El tiroteo ocurrió poco después de las 2:00 p. m. EST, cuando ambos guardias de seguridad se encontraban en una patrulla de alta visibilidad en una zona concurrida y frecuentada por trabajadores de oficina durante la hora del almuerzo. La rápida respuesta de las fuerzas del orden, dada la proximidad del lugar a la Casa Blanca, les permitió tratar a las víctimas y detener al sospechoso en el lugar.
El sospechoso, identificado como Rahmanullah Lakanwal, un hombre afgano de 29 años, ha sido detenido y enfrenta múltiples cargos, incluido asalto con intención de matar mientras estaba armado y posesión de un arma de fuego durante un crimen violento. Su arresto se produjo tras un enfrentamiento en el que la policía le disparó cuatro veces, según las fuentes.
Lakanwal, que llegó a Estados Unidos en 2021, había ingresado al país a través de la Operación Bienvenida a los Aliados, un programa diseñado para brindar a los afganos una protección migratoria especial luego de la retirada de Estados Unidos de Afganistán. Los informes indican que tenía vínculos con las fuerzas estadounidenses y había solicitado asilo, solicitud que le fue concedida a principios de este año.
Tras el anuncio de la muerte de Beckstrom, varios funcionarios expresaron sus condolencias y apoyo a su familia. El senador Jim Justice de Virginia Occidental dijo que estaba “absolutamente devastado” por la noticia y extendió sus oraciones a la familia, amigos y compañeros de la Guardia de Beckstrom. La fiscal general Pam Bondi destacó la gravedad de la situación, calificó a Lakanwal de “monstruo” que “no debería haber estado en nuestro país” y anunció su intención de solicitar la pena de muerte en el caso.
Mientras continúa la investigación, los pensamientos y oraciones de muchos están con los afectados, especialmente Andrew Wolfe mientras lucha por su recuperación. Las implicaciones más amplias de este acto violento también están bajo escrutinio, y las autoridades han prometido tomar las medidas adecuadas contra el sospechoso. El incidente ha provocado debates sobre la seguridad del personal militar y los desafíos que enfrentan quienes ocupan puestos de alta visibilidad.



