En un cambio importante en la estrategia de defensa, Francia está a punto de reintroducir un programa de servicio militar voluntario, casi cuatro años después del inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. La medida se produce en medio de una tendencia más amplia entre los vecinos de Rusia, que rápidamente han restablecido o ampliado el servicio militar obligatorio en respuesta a las crecientes amenazas regionales.
Después de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, Lituania se convirtió en el primer país europeo en reintroducir el servicio militar obligatorio, una medida que rápidamente reflejó Suecia. Recientemente, Letonia ha tomado medidas similares a la luz de la continua agresión rusa en Ucrania, especialmente después de la escalada de hostilidades en 2022. Los expertos enfatizan que estas estrategias tienen como objetivo aumentar el número de militares en un panorama de seguridad cambiante. Linda Slapakova, especialista en defensa de Rand Europe, enfatizó que el objetivo principal de reintroducir el servicio militar es mejorar las capacidades en tiempos de crisis nacionales, asegurando que los países tengan personas equipadas con habilidades fundamentales para responder eficazmente.
Se espera que el presidente francés, Emmanuel Macron, haga el anuncio en la base militar de Varces en los Alpes franceses, lo que será un paso decisivo hacia el fortalecimiento de la posición defensiva de Francia. El apoyo al servicio nacional ha aumentado significativamente en los países escandinavos y bálticos, donde la proximidad a Rusia ha fortalecido el sentimiento público hacia la defensa nacional. En Finlandia, por ejemplo, el apoyo a la defensa del país se ha disparado: encuestas recientes muestran que el 83 por ciento de los finlandeses apoya la defensa de su patria, un aumento significativo con respecto al 65 por ciento en 2020.
Por el contrario, el debate sobre el servicio militar obligatorio presenta una historia más compleja en Europa occidental, donde los países sienten menos directamente la amenaza que representa Rusia. Katrine Westgaard, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, señaló que los países fronterizos con Rusia –como Finlandia, los Estados bálticos y los países escandinavos– han estado lidiando con estos desafíos de defensa durante algún tiempo. Países como Alemania, Gran Bretaña y Francia, por otro lado, muestran más ambivalencia, un sentimiento arraigado en la seguridad geográfica y factores culturales.
Mientras los países de Europa del Este se centran en la preparación militar obligatoria, Occidente enfrenta decisiones cruciales sobre sus propias estrategias militares y marcos de seguridad nacional, que determinarán el futuro de la defensa en una Europa cada vez más caracterizada por tensiones geopolíticas.


