El miércoles, un grupo de oficiales militares en Guinea-Bissau dijeron que habían tomado el poder, coincidiendo con un aumento de las tensiones apenas un día antes de que se anunciaran los resultados de una elección presidencial muy disputada. En una declaración transmitida por la televisión estatal por el portavoz Diniz N’Tchama, los agentes revelaron que habían depuesto al presidente Umaro Sissoco Embalo, suspendido el proceso electoral, cerrado las fronteras del país e impuesto un toque de queda.
Tras el anuncio, el presidente Embalo confirmó a France 24 que efectivamente había sido acusado. Los oficiales militares establecieron un nuevo órgano de gobierno llamado “Alto Mando Militar para la Restauración del Orden” y declararon que tomarían el control de la nación de África Occidental de manera indefinida. En este momento, no está claro si Embalo ha sido detenido y no se ha verificado su paradero actual.
Guinea-Bissau, una pequeña nación situada entre Senegal y Guinea, tiene una larga historia de inestabilidad política y ha sido testigo de numerosos golpes de estado desde que se independizó de Portugal en 1974. El país también es conocido por su papel como importante centro de tránsito de cocaína con destino a Europa.
El anuncio de los militares se produjo en medio del caos; Los testigos informaron de disparos cerca de edificios gubernamentales clave, incluida la sede de la comisión electoral y el palacio presidencial. Aunque se dice que el tiroteo duró aproximadamente una hora, en ese momento no había informes disponibles sobre las víctimas.
La comisión electoral estaba a punto de anunciar los resultados preliminares de la controvertida elección, que enfrentó a Embalo con su principal rival, Fernando Días. Ambos candidatos ya habían conseguido la victoria en la primera ronda de votación, y Embalo esperaba convertirse en el primer presidente en treinta años en conseguir un mandato consecutivo.
Antonio Yaya Seidy, portavoz de Embalo, afirmó que hombres armados atacaron la comisión electoral para frustrar el anuncio de los resultados de la votación, sugiriendo una conexión con Dias sin aportar pruebas. En respuesta, el ex primer ministro Domingos Simoes Pereira, que perdió ante Embalo en la segunda vuelta de 2019 y apoyó a Dias, negó cualquier participación de Dias en el incidente violento.
El tumultuoso clima político de Guinea Bissau ha experimentado una agitación significativa durante el mandato de Embalo, y el presidente afirmó anteriormente que había escapado por poco de tres intentos de golpe desde que asumió el cargo. Los críticos lo acusan de orquestar crisis para justificar medidas autoritarias.
En diciembre de 2023, estallaron disparos en la capital, lo que dio lugar a denuncias de intento de golpe de estado, lo que llevó a Embalo a disolver el parlamento, dejando a la nación sin un órgano legislativo funcional. El último intento de golpe se produjo a finales de octubre, cuando altos funcionarios fueron arrestados por presuntamente conspirar para derrocar al gobierno.
El período previo a las recientes elecciones estuvo marcado por acusaciones de la oposición de que Embalo se había extralimitado en su autoridad, mientras nuevos informes mostraban que el tráfico de cocaína estaba floreciendo en la región. Un informe de la Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional señala una rentabilidad sin precedentes en las actividades de trata de personas. Además, en septiembre del año anterior, las autoridades incautaron 2,63 toneladas de cocaína de un avión que aterrizó en Bissau, lo que aumentó la preocupación sobre el papel del país en el tráfico internacional de drogas.



