Se está llevando a cabo un juicio importante tras un angustioso incidente ocurrido en una celebración pública en Liverpool. Los hechos tuvieron lugar el 26 de mayo, cuando alrededor de un millón de aficionados se reunieron en el centro de la ciudad para conmemorar el vigésimo título del campeonato inglés del Liverpool FC. Las festividades incluyeron un desfile de autobuses descapotables al que asistió el equipo y su personal, portando el codiciado trofeo.
Cuando el desfile terminó alrededor de las 6 p.m. y los fanáticos comenzaron a dispersarse desde el paseo marítimo, un vehículo supuestamente atropelló a una multitud en Water Street, lo que provocó caos y múltiples heridos. Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar y atendieron a los heridos. Los informes indicaron que más de 130 personas resultaron heridas. Entre las víctimas se encontraban ocho niños, desde bebés hasta adolescentes.
El sospechoso de este caso, Paul Doyle, de 54 años, de Croxteth, Liverpool, fue arrestado el mismo día del incidente. Doyle, identificado como un ex Marine Real y padre de tres hijos, enfrenta una serie de cargos graves derivados de sus supuestas acciones durante el incidente. Ha sido acusado de 31 delitos, entre ellos conducción peligrosa, riñas y varios cargos relacionados con causar lesiones corporales graves con intención. En particular, se le acusa de intentar causar graves lesiones corporales a 29 víctimas, cuyas edades oscilan entre los seis meses y los 77 años. Los nombrados en la acusación incluyen a la víctima más joven, Teddy Eveson, junto con otros siete menores de entre siete meses y 17 años, cuyas identidades se mantienen reservadas debido a requisitos legales.
Doyle se declaró inocente de todos los cargos y confirmó su inocencia durante una audiencia judicial en septiembre. A medida que avanza el juicio, la atención se centra en el impacto del incidente en las víctimas y la comunidad en general, y muchos buscan justicia y rendición de cuentas por los acontecimientos que empañaron un día festivo.



