Un equipo de investigación dirigido por Eric Boyd ha profundizado en los efectos de una serie de pequeños terremotos que azotaron el campo volcánico de la meseta de Yellowstone en 2021, examinando específicamente cómo estos eventos sísmicos afectaron a las comunidades microbianas que prosperan en las profundidades de la superficie. Estos microbios viven en ambientes muy alejados de la luz solar y, en cambio, dependen de procesos químicos impulsados por el movimiento del agua a través de rocas fracturadas para obtener su energía.
Los terremotos tienen el potencial de transformar este paisaje subterráneo de varias maneras importantes. El temblor puede romper nuevas superficies rocosas, liberar fluidos previamente atrapados y cambiar las trayectorias del flujo del agua, todo lo cual puede desencadenar nuevas reacciones químicas. Boyd y su equipo llaman a este cambio un cambio en el “menú” químico, cambiando las fuentes de energía disponibles para las poblaciones microbianas.
Para investigar los efectos de esta actividad sísmica, los investigadores obtuvieron muestras de agua de un pozo que desciende casi 100 metros por debajo del borde occidental del lago Yellowstone. Recolectaron muestras cinco veces en 2021, lo que les permitió monitorear los cambios en las condiciones subterráneas tanto inmediatamente después de los terremotos como en los meses siguientes.
El análisis de estas muestras reveló un aumento significativo de compuestos clave como hidrógeno, sulfuro y carbono orgánico disuelto después de los terremotos. Estas sustancias son fuentes de energía esenciales para muchos organismos profundos. Al mismo tiempo, un aumento en el nivel de células planctónicas sugirió una creciente presencia microbiana en la columna de agua, lo que indica que los terremotos habían aumentado temporalmente los recursos disponibles para la vida debajo de la superficie.
Además, el equipo de investigación observó cambios en los tipos de microbios presentes a lo largo del tiempo, un hallazgo que es especialmente notable porque los ecosistemas microbianos en los acuíferos continentales generalmente se consideran estables. Sin embargo, en el área de Yellowstone se observó una respuesta rápida y distinta a la actividad sísmica.
Las implicaciones de la investigación se extienden más allá de Yellowstone. Los investigadores sugieren que los fenómenos observados en el pozo profundo podrían ocurrir en otras regiones sísmicamente activas de todo el mundo, remodelando potencialmente el suministro de energía disponible para los ecosistemas microbianos del subsuelo. Esto podría proporcionar información sobre cómo sobrevive la vida microbiana en ambientes profundos y aislados.
Además, la dinámica involucrada podría tener consecuencias más allá de la Tierra. Los investigadores proponen que podrían ocurrir procesos similares en otros cuerpos planetarios ricos en rocas y agua. Si los movimientos geológicos, como los terremotos, pueden rejuvenecer los recursos químicos debajo de la superficie, esto podría ampliar la variedad de hábitats para la vida microbiana en planetas como Marte. Estos hallazgos subrayan la resiliencia y adaptabilidad de la vida en ambientes extremos, abriendo nuevas vías para comprender los ecosistemas alienígenas.


