Los mensajeros de Yodel en Ipswich dan la alarma sobre problemas de salud y seguridad y multas injustas


En el depósito de Yodel en Ipswich, ubicado en el polígono industrial Ransomes, varios mensajeros se han acercado para compartir experiencias inquietantes sobre el trato que les dio la empresa. Se están planteando preocupaciones sobre cuestiones de salud y seguridad, multas excesivas y deducciones confusas de sus cheques de pago.

En entrevistas con mensajeros que prefieren permanecer en el anonimato, un empleado señaló: “Hay muchísimos problemas, algunos de los cuales son realmente inquietantes y te sorprenderían”. Estos sentimientos reflejan una creciente insatisfacción entre la fuerza laboral, quienes afirman que las prácticas operativas están poniendo en peligro su seguridad y bienestar.

Entre las acusaciones graves, los mensajeros informan que las jaulas de entrega a menudo están abarrotadas, lo que lleva a maniobras peligrosas con las carretillas elevadoras, una situación que aumenta los riesgos en un entorno de trabajo ya exigente. Además, afirman que los vehículos para entregas a menudo se utilizan sin un seguro válido o certificaciones ITV vigentes, lo que plantea importantes preocupaciones legales y de seguridad.

Un mensajero describió su angustia después de que Yodel le multara con £ 450 por cancelar los servicios para cuidar a su hijo durante una emergencia médica. La empresa justificó la multa afirmando que cubría el coste de contratar un mensajero de sustitución. Estos castigos han dejado a muchos empleados desilusionados. Uno de ellos dice: “Esto hace que ya no queramos trabajar aquí y creo que su plan es deshacerse de nosotros y reemplazarnos con gente que esté dispuesta a trabajar por casi nada”.

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Steve Garelick, responsable regional del sindicato GMB en Londres, se hace eco de la insatisfacción y destacó las duras condiciones en las que operan los mensajeros. Expresó su profunda preocupación por las prácticas de Yodel, en particular la imposición de elevadas multas por lo que los mensajeros consideran razones injustas. Garelick enfatizó que los mensajeros ya enfrentan riesgos importantes en un trabajo caracterizado por el aislamiento y la exposición a posibles ataques verbales o físicos, junto con el estrés adicional de ser culpados públicamente por problemas de manejo de paquetes en las plataformas de redes sociales.

El sindicato GMB aboga por una mejor protección de los trabajadores en condiciones laborales precarias y garantiza que reciban las mismas garantías que los empleados tradicionales. Garelick condenó el acoso y la intimidación denunciados por los miembros del sindicato y pidió que Yodel rinda cuentas en medio de estas graves acusaciones.

Se ha contactado a Yodel para que haga comentarios sobre estas inquietantes afirmaciones, pero aún no ha respondido públicamente.



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