En una muestra de optimismo, el Secretario de Estado de Estados Unidos caracterizó la última ronda de negociaciones en Ginebra como un paso importante hacia el logro de una solución pacífica al conflicto en curso en Ucrania. Marco Rubio expresó su confianza en que se hayan logrado avances significativos en las discusiones encaminadas a convencer a los líderes ucranianos de que acepten las recientes propuestas estadounidenses para poner fin a la guerra con Rusia. Sus comentarios se produjeron durante una conferencia de prensa vespertina en la misión estadounidense en la ciudad suiza.
La actitud optimista de Rubio contrastaba marcadamente con tensiones anteriores, cuando el presidente Donald Trump había reprendido públicamente a los líderes de Ucrania por lo que percibía como una falta de gratitud. Rubio señaló, sin embargo, que Trump parecía satisfecho con el progreso que se le informó.
A pesar de sus comentarios positivos, Rubio se mantuvo callado sobre detalles específicos de las negociaciones, y sólo insinuó la naturaleza de las discusiones en curso. Dijo: «No entraré en detalles de las cuestiones que discutimos porque se trata de un proceso continuo», aunque sugirió que las cuestiones restantes no eran «insuperables».
Sin embargo, estas afirmaciones suscitan escepticismo entre los observadores, especialmente teniendo en cuenta los compromisos sustanciales propuestos en las propuestas de Estados Unidos a Ucrania. Los analistas señalaron que el plan estadounidense parece favorecer significativamente a Rusia, especialmente con la exigencia de que Ucrania ceda áreas cruciales en la región de Donbas. Esta zona incluye pueblos y ciudades fortificadas vitales para la seguridad de Ucrania, lo que hace que cualquier sugerencia de rendición sea particularmente controvertida.
La propuesta incluye designar partes del Donbass como zona desmilitarizada, un concepto que podría poner en peligro la integridad territorial de Ucrania dados los grandes sacrificios que los militares han hecho para defender esta región. Además, la posible reducción del tamaño de las fuerzas armadas ucranianas a un máximo de 600.000 soldados ha generado alarma entre los funcionarios europeos sobre la vulnerabilidad de Ucrania a futuras agresiones.
Estados Unidos parece estar ejerciendo una presión significativa sobre Ucrania, indicando que se retirará el apoyo militar si las negociaciones no llegan a un acuerdo satisfactorio. Este sentimiento se hace eco de los comentarios de Trump, que sugirieron que Ucrania podría manejar el conflicto por sí sola.
Una declaración reciente de la Casa Blanca dijo que los funcionarios ucranianos sentían que las propuestas revisadas reflejaban sus intereses de seguridad nacional, y señaló que sus preocupaciones clave con respecto a las garantías de seguridad y la soberanía política fueron abordadas durante las negociaciones. A pesar de esta reevaluación, existe escepticismo sobre si es viable un compromiso con Rusia, que ha mantenido exigencias maximalistas durante todo el conflicto.
En Ginebra, Rubio evitó hábilmente preguntar si Estados Unidos también esperaría concesiones de Rusia, señalando el desafío de alinear los intereses de ambas partes para una paz duradera. Si Estados Unidos realmente busca una “paz integral y duradera” en Ucrania, convencer a Moscú de que haga concesiones significativas podría resultar esencial para cualquier solución a largo plazo.



