Un taxi volador no tripulado de forma ovalada desarrollado por la empresa china EHang recientemente surcó los cielos sobre una zona de innovación junto al río en Guangzhou. Esta demostración, que recuerda a escenas de ciencia ficción, forma parte de un ensayo sobre cuál podría ser el futuro del transporte urbano. En la cercana Shenzhen, los drones ya se han afianzado en la vida cotidiana, entregando alimentos a residentes y turistas. La turista polaca Karolina Trzciańska expresó su entusiasmo después de recibir té de burbujas mediante entrega con drones, destacando la novedad de la experiencia.
El ascenso de este tipo de empresas en China se ve impulsado por el apoyo gubernamental, a pesar de los desafíos asociados con las estrictas regulaciones del espacio aéreo y las restricciones a la tecnología de baterías. En 2023, la economía emergente de baja altitud, que incluye actividades comerciales por debajo de los 1.000 metros, generó una importante facturación comercial de 506 mil millones de yuanes (alrededor de 70 mil millones de dólares), apenas una fracción de la economía nacional. Las proyecciones indican que esa cifra podría dispararse a unos 3,5 billones de yuanes (unos 490.000 millones de dólares) para 2035, dijo Zhang Xiaolan, del Centro de Información Estatal, afiliado a la principal agencia de planificación de China.
La provincia de Guangdong está a la vanguardia en el desarrollo de vehículos voladores y drones, y grandes empresas como DJI, EHang y la unidad de vehículos voladores de XPENG, ARIDGE, están allanando el camino. El gobierno de Guangdong se ha comprometido a acelerar la construcción de estaciones de reabastecimiento de combustible para vuelos y ha introducido incentivos para el turismo a baja altitud. Además, Shenzhen ha destinado un presupuesto de 15 millones de yuanes (2,1 millones de dólares) para premiar a las empresas que obtengan las certificaciones necesarias para vehículos eléctricos de pasajeros de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL).
La Administración de Aviación Civil de China aprobó a EHang para brindar servicios comerciales de pasajeros con su eVTOL no tripulado, que puede alcanzar velocidades de 130 km por hora (81 mph) y recorrer un alcance de 30 kilómetros (19 millas). Aunque todavía no se han lanzado rutas comerciales, EHang quiere iniciar servicios de turismo aéreo y ha construido sitios de despegue y aterrizaje en 20 ciudades de China. También forman parte de su visión planes para redes urbanas utilizando los tejados de los edificios como terminales.
Sin embargo, el viaje no está exento de obstáculos. La capacidad de la batería sigue siendo un obstáculo importante que afecta a la duración de los vuelos. Por ejemplo, el eVTOL tripulado monoplaza de Skyevtol solo puede volar durante 20 a 30 minutos antes de necesitar recargarse. La seguridad sigue siendo una preocupación crítica, como lo demuestra un incidente reciente en el que dos XPENG eVTOL chocaron durante un ensayo de exhibición, lo que provocó que un avión se incendiara al aterrizar.
XPENG no ha cejado en sus ambiciones y continúa promocionando sus vehículos voladores, incluido un vehículo terrestre único de seis ruedas con un eVTOL desmontable. Después de invertir más de 600 millones de dólares, la empresa afirma haber conseguido más de 7.000 pedidos para su «portaaviones terrestre» y se está preparando para la producción en masa. Los próximos planes incluyen un vuelo turístico piloto en Dunhuang, un conocido sitio antiguo de la Ruta de la Seda, programado para julio del próximo año.
A pesar del progreso, el panorama para los servicios de drones y automóviles voladores sigue siendo desafiante. Los competidores internacionales, como Lilium y la alemana Volocopter, han sufrido reveses importantes, incluidas declaraciones de quiebra, lo que plantea dudas sobre el crecimiento sostenible del sector. Aunque China es líder en producción y tecnología de drones, la limitada accesibilidad al espacio aéreo y las restricciones regulatorias obstaculizan la adopción generalizada de aplicaciones de drones.
Zhang informó que menos de un tercio del espacio aéreo de baja altitud de China está disponible para la aviación general, mientras que el número de aeródromos registrados sigue siendo significativamente menor que en Estados Unidos. Se están realizando esfuerzos para relajar las regulaciones, y los militares prometen agilizar los procesos de aprobación en provincias seleccionadas. Los cambios propuestos a la legislación de aviación civil tienen como objetivo promover las actividades de aviación civil y mejorar la gestión del espacio aéreo a bajas altitudes.
Los expertos creen que la comercialización de eVTOL para aplicaciones turísticas o industriales podría cobrar impulso alrededor de 2030. Chen Wen-hua, de la Universidad Politécnica de Hong Kong, señaló que, a pesar de haber llegado tarde a la industria, China ahora está liderando el camino en el desarrollo de pequeños drones y la inversión en infraestructura del espacio aéreo a baja altitud. La capacidad del Partido Comunista para coordinar esfuerzos entre sectores puede acelerar el progreso, aunque la seguridad, el desarrollo tecnológico y la percepción pública determinarán en última instancia el ritmo al que se adopten estas innovaciones. El camino para aprovechar todo el potencial de la economía de baja altitud puede estar plagado de desafíos, pero el futuro sigue siendo prometedor.



