Las discusiones sobre propuestas de paz entre Ucrania y Rusia han generado importantes controversias, especialmente sobre la posible rendición del territorio ucraniano y la limitación de las fuerzas armadas. En el centro de las negociaciones en curso se encuentra un controvertido plan que prevé la retirada de las fuerzas ucranianas de regiones específicas dentro del Óblast de Donetsk, que serían designadas como zona neutral desmilitarizada. La intención es que esta zona sea reconocida internacionalmente como parte de la Federación Rusa, y que las tropas rusas no puedan entrar en esta zona recién creada.
La idea de ceder tierras habitadas por una importante población ucraniana, especialmente en ciudades clave como Slavyansk, Kramatorsk y Druzhkivka –conocidas colectivamente como el “cinturón de fortalezas” de Donetsk– es profundamente impopular entre muchos ucranianos. Las fuerzas rusas han estado intentando tomar la ciudad de Pokrovsk durante más de un año, lo que subraya la importancia estratégica de estas regiones. La perspectiva de que Ucrania abandone áreas tan cruciales sin una fuerte resistencia es muy poco probable.
Además de las consideraciones territoriales, la propuesta también estipula que las fuerzas armadas ucranianas se limitarán a 600.000 hombres. Esta cifra refleja una reducción significativa de los aproximadamente 880.000 soldados activos que tenía Ucrania en enero. Si bien tal restricción puede parecer razonable en tiempos de paz, genera preocupaciones sobre una infracción de la soberanía nacional de Ucrania. Además, esto plantea un desafío, ya que las autoridades rusas aún pueden considerar que esta cifra es excesiva.
Khrystyna Hayovyshyn, que representa a Ucrania en el Consejo de Seguridad de la ONU, expresó una posición firme sobre el tema y dijo: «Nuestras líneas rojas son claras e inquebrantables». Reiteró que Ucrania no reconocerá ningún territorio ocupado por Rusia como territorio ruso legítimo y se opondrá a cualquier restricción impuesta a sus capacidades de autodefensa o su fuerza militar.
El borrador de las propuestas complica aún más las cosas al sugerir el reconocimiento de Crimea, Luhansk y Donetsk como territorios rusos de facto, una posición que podría ganar la aceptación de países como Estados Unidos, aunque no llega a ser un reconocimiento legal formal. Esta formulación podría permitir a Ucrania definir su posición constitucional, que afirma la inviolabilidad e indivisibilidad de sus fronteras.
En otros acontecimientos importantes relacionados con el conflicto, las propuestas crean un punto muerto a lo largo de los frentes del sur en Kherson y Zaporizzya. Bajo las condiciones descritas, Rusia se vería obligada a ceder el control sobre ciertas áreas que actualmente ocupa.
Mientras continúan las negociaciones, el futuro de estas propuestas sigue siendo incierto, ya que ambas partes están atrincheradas en sus posiciones y la perspectiva de una resolución pacífica sigue pareciendo remota.



