La eliminación progresiva del carbón en Corea del Sur indica problemas para las exportaciones de combustibles fósiles de Australia


En las recientes conversaciones sobre el clima COP30 en Brasil, Corea del Sur asumió un importante compromiso para eliminar gradualmente el carbón térmico, lo que generó preocupaciones sobre las exportaciones de combustibles fósiles de Australia. Como importante importador de carbón térmico, la alianza de Corea del Sur con Power Past Coal Alliance, que incluye a unos 60 países que quieren poner fin al uso «incesante» de carbón, se considera un paso crucial para abordar el cambio climático.

James Bowen, director de la consultora energética ReMap Research, destacó las implicaciones para Australia y sugirió que la decisión podría marcar un punto de inflexión para los inversores y los responsables de la toma de decisiones locales. Debido a que Australia depende en gran medida de las exportaciones de combustibles fósiles, este nuevo compromiso plantea dudas sobre la sostenibilidad de sus estrategias económicas actuales.

Corea del Sur, responsable de alrededor del 8% del comercio mundial de carbón térmico, es actualmente el tercer mayor cliente de combustible de Australia, importando alrededor de 15 millones de toneladas al año, aunque esta demanda ha disminuido. A pesar de la disminución, el valor de las exportaciones anuales a Australia sigue siendo significativo, estimado en 1.500 millones de dólares.

En su declaración, el Ministro de Cambio Climático y Energía de Corea del Sur, Kim Sung-hwan, enfatizó que la transición para abandonar el carbón era esencial no sólo por razones ambientales, sino también para aumentar la seguridad energética, la competitividad y la creación de empleo en las industrias emergentes. El país planea eliminar sus centrales eléctricas de carbón para 2040 y pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 53% y un 61% para 2035 en comparación con los niveles de 2018.

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Los expertos predicen que el cambio perturbará las economías que dependen de las exportaciones de carbón, afectando particularmente a países como Australia e Indonesia. Las investigaciones muestran que el valor de las exportaciones australianas de carbón y gas podría caer un 50% en los próximos cinco años, lo que equivaldría a una pérdida de más de 60 mil millones de dólares para 2030, independientemente de los propios objetivos climáticos de Australia.

El Consejo de Minerales de Australia reconoció que el compromiso de Corea del Sur es específicamente con la energía del carbón «sin cesar», lo que implica que podría haber oportunidades continuas si se capturan o reducen las emisiones de CO2 derivadas del uso del carbón. La directora ejecutiva, Tania Constable, indicó que con políticas y cooperación adecuadas, Australia podría mantener su papel como proveedor de carbón para Corea del Sur, especialmente de carbón coquizable utilizado en la fabricación de acero.

Los acontecimientos recientes sirven como un recordatorio crítico para Australia de sus propios compromisos climáticos. Tim Buckley, de Climate Energy Finance, señaló que Australia, como segundo mayor exportador mundial de carbón térmico, debe considerar las respuestas de sus socios comerciales a la ciencia climática y las obligaciones internacionales.

Si bien algunos países han intensificado sus ambiciones climáticas durante las conversaciones en Brasil, el panorama político en Australia sigue siendo tumultuoso y los debates sobre política climática se intensifican. Mientras el país se enfrenta a estos desafíos, las consecuencias de la eliminación gradual del carbón por parte de Corea del Sur podrían afectar a la economía y fortalecer los argumentos a favor de la transición a fuentes de energía más limpias.



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