Investigadores de la Universidad de Indiana han logrado un gran avance en el diagnóstico de hongos con el desarrollo de una prueba molecular que puede detectar rápidamente tres hongos patógenos principales: histoplasmosis, blastomicosis y coccidioidomicosis. Esta investigación se dio a conocer en la reunión y exposición anual 2025 de la Asociación de Patología Molecular en Boston.
Estos hongos, que a menudo se encuentran en suelos contaminados, representan un riesgo grave para la salud en varias regiones de los Estados Unidos. Desafortunadamente, debido a su capacidad de imitar otras enfermedades respiratorias, estas infecciones a menudo se diagnostican erróneamente, lo que provoca retrasos en el tratamiento adecuado. La histoplasmosis se observa comúnmente en los valles fluviales de Ohio y Mississippi y a menudo se manifiesta como una infección pulmonar después de inhalar suelo contaminado, especialmente suelo enriquecido con heces de aves o murciélagos. Por otro lado, la blastomicosis afecta principalmente a personas del centro y sureste de los Estados Unidos y no sólo puede manifestarse como un problema respiratorio, sino que también tiene el potencial de extenderse a los huesos, la piel y otros órganos. La coccidioidomicosis, también llamada fiebre del valle, generalmente se presenta con síntomas leves, pero puede derivar en neumonía grave u otras complicaciones, especialmente en los estados del suroeste.
La innovadora prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real desarrollada por los investigadores se dirige directamente a secuencias genéticas específicas únicas de cada uno de estos hongos. Este diseño permite evitar el largo proceso de cultivo que normalmente se utiliza en los métodos de diagnóstico convencionales. La capacidad de estos hongos para cambiar entre sus formas ambientales y humanas complica el diagnóstico, lo que hace que esta nueva prueba sea particularmente valiosa.
Sorprendentemente, la prueba de PCR logró una precisión del 100 % en la identificación de muestras, así como una especificidad del 100 %, lo que garantizó que no se detectaran falsamente otros mohos o contaminantes. Kenneth Gavina, PhD, quien dirigió el proyecto, destacó el impacto potencial de esta prueba en la mejora tanto de la velocidad del diagnóstico como de la confianza de los médicos en la identificación de infecciones que históricamente han presentado desafíos. Señaló: «Nuestra prueba tiene el potencial de mejorar significativamente el tiempo de respuesta y la confianza en el diagnóstico de infecciones que han sido difíciles de detectar rápidamente en el pasado».
Actualmente, no hay pruebas moleculares aprobadas por la FDA disponibles para estos tres hongos patógenos, lo que destaca la necesidad urgente de métodos de detección rápidos y confiables. Gavina se hizo eco de este sentimiento, afirmando que se está llevando a cabo una mayor validación clínica y expresó optimismo sobre el potencial de la prueba para llenar un vacío crítico en el diagnóstico de hongos. Estos avances no sólo representan un paso adelante prometedor en la ciencia médica, sino que también tienen el potencial de mejorar significativamente los resultados de los pacientes frente a estas peligrosas infecciones.



