El presupuesto federal del gobierno liberal se votará en la Cámara de los Comunes, lo que plantea un desafío crucial para el primer ministro Mark Carney. Esta próxima votación se clasifica como una cuestión de confianza, esencial para que la minoría liberal mantenga su control del poder. Si el presupuesto no se aprueba, podría conducir a elecciones anticipadas, lo que podría enviar a los canadienses a las urnas por segunda vez en un año.
El panorama de la oposición parece ser un desafío para los liberales, ya que tanto el Partido Conservador como el Bloque Québécois han indicado que no apoyarán el presupuesto, alegando que no aborda sus prioridades específicas. Mientras tanto, la líder del Partido Verde, Elizabeth May, ha dicho que su voto dependerá de si el gobierno asume compromisos más firmes sobre el cambio climático.
El factor crucial en este escenario será el NDP, que consta de siete miembros. El partido ha expresado su preocupación por ciertos aspectos del presupuesto, lo que ha llevado a especular sobre si finalmente apoyarán a los liberales. Dada la dinámica política, el Partido Liberal, que tiene 170 escaños en la Cámara de los Comunes –y depende de dos parlamentarios adicionales para sobrevivir– se encuentra en una posición precaria. A principios de este mes, los partidos de oposición se unieron para derrotar dos votos de confianza sobre el presupuesto, lo que subraya la fragilidad de la situación de los liberales.
Si los liberales aprueban con éxito la votación del presupuesto, la Cámara pasará a debatir una moción de medios y arbitrios al día siguiente que implementaría los cambios impositivos descritos en el presupuesto. Se espera que esta moción sea adoptada si se aprueba el presupuesto general.
El presupuesto propuesto para 2025 describe una importante suma de 141.400 millones de dólares en nuevos gastos, que se espera que se vea parcialmente compensada por 51.700 millones de dólares en ahorros proyectados durante los próximos cinco años. Se espera que el déficit para el año en curso sea de 78.300 millones de dólares. Entre los aspectos más destacados, el presupuesto promete 115 mil millones de dólares en gasto en infraestructura durante cinco años, otros 30 mil millones de dólares para defensa y seguridad, y 25 mil millones de dólares para iniciativas federales de vivienda dentro del mismo período. Además, planea invertir 110 mil millones de dólares en cinco años en iniciativas centradas en la productividad y la competitividad, con el objetivo de catalizar 500 mil millones de dólares adicionales en inversión del sector privado para 2030.



