El USS Gerald R Ford, el portaaviones más avanzado de Estados Unidos, llegó al Mar Caribe en medio de una escalada de acciones militares en la región. Este despliegue coincide con los recientes ataques militares estadounidenses contra presuntos buques narcotraficantes, que al parecer han provocado decenas de muertes.
El sábado, el ejército estadounidense llevó a cabo un ataque contra un barco en el Océano Pacífico oriental que se cree que transportaba drogas, lo que provocó la muerte de tres personas a bordo. Según el Pentágono, el barco estaba involucrado en el contrabando ilegal de narcóticos y operaba en una ruta reconocida de tráfico de narcóticos. El Comando Sur de Estados Unidos lo confirmó a través de las redes sociales y enmarcó los ataques como parte de una iniciativa más amplia para combatir el tráfico de drogas.
La llegada del USS Gerald R Ford ha aumentado los temores de una posible acción militar contra Venezuela, ya que funcionarios de la administración Trump sugieren que la presencia militar tiene como objetivo reforzar los esfuerzos contra el narcotráfico. Sin embargo, el gobierno venezolano considera estas medidas como tácticas agresivas destinadas a derrocar al presidente Nicolás Maduro.
En declaraciones recientes, el presidente Trump reveló que está considerando opciones militares con respecto a Venezuela, pero también mencionó su voluntad de entablar un diálogo con Maduro y dijo: «Veremos cómo funciona. Pero están ansiosos por hablar».
Además, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció que la administración Trump designará al Cartel de los Soles –una organización criminal que se cree está dirigida por Maduro– como una “organización terrorista extranjera”. Rubio calificó a este grupo de responsable de la corrupción de las instituciones gubernamentales venezolanas y del contrabando de drogas hacia Estados Unidos y Europa, aunque no proporcionó pruebas que fundamenten sus afirmaciones.
Desde septiembre, Estados Unidos ha llevado a cabo al menos 21 ataques militares contra barcos sospechosos de tráfico de drogas, matando a unas 80 personas. Expertos jurídicos y de derechos humanos han expresado su preocupación de que estas acciones militares puedan equivaler a ejecuciones extrajudiciales, dada la falta del debido proceso.
La huella militar de la administración Trump en América Latina ha crecido significativamente, incluido el despliegue de aviones F-35 avanzados, buques de guerra y un submarino nuclear. Estos acontecimientos estuvieron acompañados de ejercicios militares formales con Trinidad y Tobago, un país cercano a Venezuela, destinados a abordar los delitos violentos relacionados con el tráfico de drogas.
El vicealmirante Paul Lanzilotta, comandante del grupo de ataque Gerald R Ford, enfatizó que el propósito de la presencia de fuerzas navales estadounidenses es proteger la seguridad nacional contra el narcoterrorismo en el hemisferio occidental.
En respuesta a estas acciones, Maduro, acusado de narcoterrorismo en Estados Unidos, ha acusado a la administración Trump de inventar una historia fabricada para justificar la agresión contra su país. Subrayó la voluntad de los venezolanos de defender su patria contra la «agresión criminal».
La situación sigue siendo tensa ya que Venezuela ha anunciado una movilización significativa de tropas y civiles en anticipación de una posible acción militar estadounidense, lo que indica que este enfrentamiento geopolítico está lejos de resolverse.



