El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha intensificado su llamado a la paz en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos, que parece estar considerando operaciones militares en el país. Esta situación se ha intensificado a medida que, según se informa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está sopesando opciones para posibles intervenciones mientras posiciona importantes activos militares frente a las costas venezolanas.
El telón de fondo de esta crisis en evolución incluye una serie de ataques liderados por Estados Unidos contra barcos narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico Oriental que han provocado más de 80 muertes desde principios de septiembre. Estas operaciones han sido justificadas por funcionarios estadounidenses como medidas necesarias para atacar a los barcos que supuestamente transportan drogas con destino al mercado estadounidense. Sin embargo, los críticos argumentan que estas acciones militares podrían violar el derecho internacional y dañar la credibilidad de Estados Unidos en el escenario mundial.
Maduro expresó su deseo de paz durante una reciente entrevista en CNN, enfatizando un mensaje libre de los conflictos que han azotado a países como Libia y Afganistán. Sus constantes llamados a la calma estaban dirigidos no sólo al pueblo venezolano, sino también al pueblo estadounidense. “No más Libia, no más Afganistán”, dijo durante una reunión en Caracas.
A medida que evoluciona la situación, Maduro insiste en que Venezuela está preparada para responder decisivamente a cualquier provocación estadounidense. Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en la región, con el USS Gerald R. Ford, un portaaviones y una serie de barcos de apoyo llegando cerca de aguas venezolanas. Informes recientes sugieren que funcionarios han informado a Trump sobre varias estrategias militares con respecto a Venezuela, y el presidente indica que se inclina hacia alguna forma de acción.
En medio de estas crecientes tensiones, la autorización previa de Trump para operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela aumenta las apuestas, lo que indica una voluntad de aumentar significativamente la participación de Estados Unidos. Sin embargo, una invasión abierta probablemente contradiría la política de «Estados Unidos primero» de Trump y traería recuerdos inquietantes de pasadas intervenciones militares estadounidenses.
El Senado ha estado dividido recientemente, con legisladores republicanos y demócratas presionando para que se aclare la estrategia de la administración con respecto a los ataques a presuntos narcotraficantes. A pesar de esta presión por la supervisión, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el lanzamiento de la Operación Lanza del Sur, destinada a desmantelar las amenazas del «narcoterrorismo» en la región.
En respuesta a la creciente presión estadounidense, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, respondió movilizando 200.000 tropas en todo el país, calificando la presencia estadounidense como una amenaza significativa. Mientras ambas partes continúan fortaleciendo su postura militar, el mundo observa de cerca para ver si los esfuerzos diplomáticos o nuevas hostilidades dictarán el futuro de Venezuela. La continua reafirmación de Maduro de su deseo de paz contrasta marcadamente con la creciente participación militar de Estados Unidos, lo que deja incertidumbre sobre cuáles serán los próximos pasos en esta confrontación en curso.


