Fernando Báez Sosa, un joven de 18 años, emprendió con amigos un viaje en enero de 2020 que terminó en tragedia. A su salida de Le Brique, un local de baile en Villa Gesell, fue asesinado a golpes por un grupo de jugadores de rugby, desatando uno de los casos más resonantes en la sociedad argentina, tanto mediática como judicialmente. La historia volvió a tomar relevancia el pasado 13 de noviembre con el estreno de “50 Segundos: El caso Fernando Báez Sosa”, una docuserie de Netflix que intenta contar la historia de aquella fatídica noche.
La producción, dirigida por Martín Rocca, retrata el crimen ocurrido en apenas 50 segundos, pero el eco de esos momentos continuó y se convirtió en una repetición constante, así lo expresó Facundo Pedrini, director de informativos de Crónica TV. “Fernando nunca termina de morir”, describió. Del 2 de enero al 6 de febrero de 2023, el juicio en el Juzgado Penal N° 1 de Dolores atrajo la atención pública. Los imputados, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, fueron condenados a cadena perpetua, mientras que Blas Cinalli, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz recibieron 15 años por sus roles de partícipes secundarios.
Uno de los momentos más comentados de la docuserie fue cuando cinco de los ocho convictos rompieron el silencio. Sus expresiones de pesar y desconcierto provocaron un intenso debate sobre la autenticidad de sus palabras. Enzo Comelli, identificado por los testigos como el agresor que puso de rodillas a Fernando, expresó su preocupación durante el juicio, describiendo un ambiente de constante vigilancia y culpabilidad: «Te gritan: ‘Asesino, bastardo'».
Blas Cinalli, cuyas muestras de ADN fueron encontradas bajo las uñas de la víctima, habló de la sensación de estar en la mira del público desde el inicio del juicio. “Te sentías como si estuvieras en un zoológico”, dijo, reflexionando sobre la presión mediática a la que él y sus coacusados estuvieron expuestos. Luciano Pertossi reconoció la gravedad del proceso, pero subrayó su creencia de que en él influyeron factores externos. Su hermano Ciro destacó la idea de que ya habían sido condenados antes de iniciar el juicio.
El testimonio más emotivo vino de Máximo Thomsen, responsable de la escalera fatal. Con la voz entrecortada, pidió que el proceso comience «lo antes posible» y se criticó: «Las cosas malas no pasan, el problema es cuando hacemos las cosas sin pensar». En su relato, reveló sus temores sobre el impacto que el caso tuvo en su familia, especialmente en su madre, quien había sostenido su inocencia.
Las revelaciones durante el juicio, que también forman parte de la docuserie, incluyeron un vídeo de vigilancia de Ciro Pertossi lamiéndose los nudillos, aparentemente en un intento de ocultar pruebas del crimen. Además, las búsquedas en sus teléfonos revelaron búsquedas repetidas de «Villa Gesell Pelea», lo que complica aún más su defensa.
La docuserie no sólo muestra la brutalidad del ataque, sino que también profundiza en el profundo dolor de la pérdida a través de conmovedores testimonios. La madre de Fernando, Graciela Sosa, compartió su última conversación con su hijo, en la que reflexionó sobre el final de una etapa de sus vidas: «Ella me dijo que sería el último viaje, porque cada uno seguiría su propio camino». La tragedia ocurrida la noche del 1 de enero marcó irreversiblemente el rumbo de su familia y de la sociedad en su conjunto.
