Después de largas negociaciones, ha surgido un avance importante: los legisladores de Pensilvania están más cerca de finalizar un plan de gasto de 50 mil millones de dólares que inyectaría miles de millones en las escuelas públicas y los servicios sociales del estado. Se espera que el gobernador demócrata Josh Shapiro apruebe proyectos de ley presupuestarios clave al final del día, lo que permitirá asignar recursos estatales vitales después de meses de demoras.
Sin embargo, el acuerdo conlleva un compromiso notable. Para llegar a un acuerdo, los demócratas accedieron a las demandas republicanas al dar marcha atrás en sus esfuerzos por designar a Pensilvania como el único estado importante productor de combustibles fósiles, lo que exigiría que los propietarios de centrales eléctricas pagaran por las emisiones de gases de efecto invernadero. Si bien los demócratas no conseguirán el nivel de financiación propuesto inicialmente por Shapiro, el acuerdo final promete aumentos significativos para la educación pública y un crédito fiscal sobre la renta destinado a apoyar a las personas de bajos ingresos.
El presidente del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, Jordan Harris, un demócrata de Filadelfia, expresó optimismo sobre el acuerdo y enfatizó que el plan de financiación esperado representa una victoria para cualquiera que esté esperando recursos estatales. Resolver este estancamiento presupuestario tiene como objetivo aliviar las presiones que enfrentan los condados, los distritos escolares y los servicios sociales; Muchos han dado la alarma sobre posibles despidos, costos financieros y la erosión de la red de seguridad del estado.
Desde el inicio del año fiscal el 1 de julio, varias entidades (incluidos distritos escolares, centros de crisis por violación y servicios sociales administrados por el condado) se han quedado sin un apoyo financiero vital del estado debido a la falta de un presupuesto firmado.
Otro aspecto de este acuerdo presupuestario es la decisión de abandonar el programa de límites máximos y comercio de carbono propuesto para las centrales eléctricas. La medida se produce seis años después de que la administración del exgobernador Tom Wolf buscara hacer del programa una piedra angular de las iniciativas de cambio climático de Pensilvania. La propuesta, destinada a permitir que el estado se una a la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero, ha enfrentado escrutinio legal y oposición de varias facciones, incluidos ambientalistas, grupos de defensa de los combustibles fósiles y sindicatos vinculados al sector energético.
Según el presupuesto recientemente negociado, el gasto aumentará en aproximadamente $2.4 mil millones (o 5%), y la mayor parte de este aumento se destinará a Medicaid y la educación pública. Para respaldar este plan, Pensilvania necesitará recurrir a un superávit de recursos multimillonario. Este es el segundo año consecutivo que el estado enfrenta un déficit presupuestario sustancial.
Además, el presupuesto introduce el primer crédito fiscal reembolsable sobre la renta del estado, cuyo objetivo es aliviar la carga fiscal sobre la renta de las personas de bajos ingresos. Este crédito fiscal, que se espera que cueste alrededor de $200 millones al año, acerca a Pensilvania a otros estados que tienen disposiciones similares.
A medida que este acuerdo presupuestario avance a través de la Legislatura políticamente dividida, la atención se centrará en su implementación y las implicaciones más amplias para el futuro presupuestario de Pensilvania.



