Los abogados del gobierno estadounidense han anunciado que han completado todos los procedimientos necesarios para facilitar la deportación de Kilmar Abrego García a Liberia y han pedido a un juez federal que levante la orden que actualmente lo protege de la deportación. La medida sigue a un controvertido incidente a principios de este año en el que Abrego García fue deportado accidentalmente a El Salvador, lo que provocó una ola de críticas a las políticas de inmigración de la administración Trump. Sus representantes legales afirman que las tácticas del gobierno son una represalia, derivadas de su exitosa impugnación de la deportación inicial.
En una moción presentada ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Maryland, el gobierno afirma que ha recibido garantías de Liberia de que Abrego García no será sometido a persecución ni tortura a su llegada. Sin embargo, un funcionario de inmigración descartó previamente los temores de Abrego García sobre la deportación a Liberia, un factor que sus abogados cuestionan.
En una presentación paralela, los abogados de Abrego García señalaron que había aceptado ser deportado a Costa Rica y dijeron que el gobierno está obligado a respetar esta preferencia. Alegan que los continuos intentos de enviarlo a otros países ilustran una violación de sus derechos al debido proceso e indican un motivo de represalia.
Abrego García, que ha vivido en Maryland durante varios años, está casado con un ciudadano estadounidense y tiene un hijo. Originalmente emigró ilegalmente de El Salvador a los Estados Unidos cuando era adolescente. En 2019, un juez de inmigración le concedió protección contra la deportación y dictaminó que enfrentaba un peligro inminente en El Salvador. A pesar de esa protección, fue deportado a El Salvador en marzo debido a lo que luego se describió como un error administrativo. Después de presiones legales, fue devuelto a Estados Unidos en junio, pero desde entonces el gobierno ha intentado deportarlo a Liberia.
Su argumento legal contra la deportación a Liberia gira principalmente en torno a preocupaciones sobre el debido proceso. Los abogados del gobierno responden que sus derechos al debido proceso son diferentes a los de los ciudadanos estadounidenses, alegando que, como alguien que ingresó ilegalmente al país, debería ser tratado de la misma manera que las personas que cruzan la frontera por primera vez.
Los abogados de Abrego García responden que quienes han establecido vínculos en Estados Unidos tienen mayores derechos al debido proceso, citando un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos de 2020. Argumentan que tiene derecho a que un juez de inmigración examine la evaluación del funcionario de inmigración sobre su posible tratamiento en Liberia. Alegan que el oficial no consideró el riesgo de que Liberia lo devolviera a El Salvador y señalan que el consentimiento de Liberia para acogerlo es sólo temporal.
En su moción, el gobierno enfatiza que las garantías de Liberia son adecuadas y que el poder judicial debe someterse a las relaciones diplomáticas exteriores del poder ejecutivo. Argumentan que el tribunal debería levantar la orden judicial preliminar y permitir la expulsión de Abrego García a Liberia.
En un asunto legal separado, Abrego García enfrenta cargos de trata de personas en un tribunal federal de Tennessee. Se ha declarado inocente y solicita que se desestime el caso, alegando que los cargos tienen motivaciones políticas. Una audiencia sobre esta propuesta tendrá lugar el 8 de diciembre.



