La Corte Suprema ha reafirmado la legalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos al rechazar una apelación de Kim Davis, una ex secretaria del condado de Kentucky conocida por su negativa a expedir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo. Esta decisión refuerza el histórico fallo de 2015 en Obergefell v. Hodges, que estableció el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho constitucional.
Kim Davis intentó impugnar un fallo de un tribunal inferior que le exigía pagar 360.000 dólares en daños y honorarios de abogados a una pareja a la que le negó una licencia de matrimonio. Los jueces no hicieron comentarios sobre su decisión, sugiriendo que su apelación simplemente fue desestimada.
Durante discusiones anteriores sobre el asunto, el equipo legal de Davis había señalado el desacuerdo del juez Clarence Thomas como base de su argumento. Thomas fue uno de los cuatro disidentes en la decisión original de Obergefell y se ha pronunciado a favor de revocar esa decisión. Actualmente, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, y el juez Samuel Alito comparten su escepticismo, aunque Alito ha indicado que no apoya la revocación del fallo.
La jueza Amy Coney Barrett, que no estaba en el tribunal en el momento del fallo de Obergefell, ha señalado la importancia de corregir errores pasados en los fallos del tribunal. Sin embargo, ha establecido una distinción entre el matrimonio entre personas del mismo sexo y cuestiones como el aborto, sugiriendo que muchas personas han construido sus vidas en torno a los derechos establecidos por la sentencia sobre el matrimonio.
En respuesta a la decisión de la Corte Suprema, la presidenta de la Campaña de Derechos Humanos, Kelley Robinson, elogió a los jueces por subrayar las consecuencias de no respetar los derechos constitucionales de los demás. La declaración de Robinson enfatizó la importancia continua de la decisión en el apoyo a los derechos de las parejas del mismo sexo.
Kim Davis saltó a la fama en 2015 cuando negó públicamente licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, alegando que sus creencias religiosas le impedían cumplir con el fallo de la Corte Suprema. Su negativa a expedir permisos la llevó a ser encarcelada por desacato al tribunal, aunque más tarde fue liberada después de que su personal expidiera los permisos sin su nombre. Tras esta controversia, la Legislatura de Kentucky aprobó una ley para eliminar por completo los nombres de los secretarios del condado de las licencias de matrimonio. Posteriormente, Davis perdió su candidatura a la reelección en 2018.



