Según datos recientes del Ministerio de Finanzas, los ingresos rusos por petróleo y gas cayeron significativamente en octubre, un 27% menos que en el mismo período del año pasado. El Kremlin informó ingresos de 888.600 millones de rublos, equivalentes a unos 10.900 millones de dólares, un fuerte descenso con respecto a los aproximadamente 1,2 billones de rublos recaudados en octubre de 2024. Este fuerte descenso se ha atribuido a una combinación de factores, entre ellos los débiles precios mundiales del petróleo crudo, el fortalecimiento del rublo y las sanciones occidentales cada vez más estrictas relacionadas con las continuas operaciones militares de Rusia en Ucrania.
En los primeros diez meses de 2025, los ingresos rusos por petróleo y gas ascendieron a 7,5 billones de rublos, frente a 9,5 billones de rublos en el mismo período del año pasado, lo que representa una disminución del 21% o más de 2 billones de rublos. Se espera que la situación financiera empeore a medida que las nuevas sanciones estadounidenses afecten a las principales compañías petroleras rusas, en particular a las unidades financieras de Rosneft y Lukoil, que son responsables de casi la mitad de las exportaciones marítimas de petróleo del país, que ascienden a alrededor de 3 millones de barriles por día.
A pesar de las preocupaciones iniciales de que estas sanciones pudieran perturbar el suministro global y hacer subir los precios, los mercados se han mantenido en gran medida resistentes. Los futuros del West Texas Intermediate de EE.UU. se cotizan a alrededor de 60 dólares el barril y el crudo Brent internacional a alrededor de 64 dólares, lo que refleja una caída de aproximadamente el 15% en su valor este año. Warren Patterson, jefe de estrategia de materias primas de ING, señaló que la falta de efectos significativos en los precios sugiere que los actores del mercado no se están preparando para pérdidas sustanciales de oferta.
Rusia ha tratado de adaptarse desviando su petróleo crudo a través de lo que a menudo se llama una “flota en la sombra”, utilizando seguros no occidentales y sistemas de pago alternativos. Sin embargo, los riesgos de cumplimiento derivados de las nuevas sanciones estadounidenses siguen planteando desafíos para los compradores de petróleo ruso, lo que podría afectar la demanda general.
Bridget Payne, jefa de previsión energética de Oxford Economics, destacó que es probable que el impacto de las sanciones se refleje más en los precios que en la disponibilidad. Como resultado, es posible que Rusia tenga que ofrecer mayores descuentos para atraer compradores desconfiados de posibles complicaciones legales y logísticas. Este escenario crea una “prima de sanción” para el crudo ruso, ampliando aún más la diferencia de precios con respecto a los puntos de referencia internacionales y reduciendo los ingresos netos de Moscú.
En medio de estas presiones financieras, la economía rusa registró un modesto crecimiento anual del 0,6% en el tercer trimestre de 2025, frente al 1,1% del segundo trimestre y al 1,4% del primero. Esta disminución resalta el impacto de los menores ingresos, luego de un auge económico en tiempos de guerra, impulsado principalmente por el gasto gubernamental y las iniciativas de defensa.
Mientras el gobierno del presidente Vladimir Putin se enfrenta a problemas presupuestarios cada vez mayores, Estados Unidos está dando señales de su intención de mantener bajos los precios de la energía y controlar la inflación, al tiempo que endurece las sanciones que podrían agotar los recursos económicos de Rusia. Mientras tanto, el expresidente Donald Trump expresó su frustración por el estancamiento del progreso diplomático en torno al conflicto en Ucrania, destacando la falta de resultados tangibles de sus conversaciones con Putin.



