En una importante escalada de violencia militante en el noreste de Nigeria, catorce soldados resultaron heridos durante un ataque a una base militar en Malam Fatori por militantes islamistas, principalmente el Estado Islámico de África Occidental (ISWAP). El ataque, que tuvo lugar el lunes, utilizó armas pesadas, incluidas granadas propulsadas por cohetes, y fue un intento selectivo de tomar el control de una base estratégicamente importante cerca de la frontera con Níger.
Fuentes militares y de las milicias locales indicaron que las tropas nigerianas entablaron un feroz enfrentamiento con ISWAP, que finalmente repelió a los atacantes e infligió importantes bajas a sus filas. Los informes indican que varios militantes murieron en la escaramuza y nueve fueron capturados con vida. Babakura Kolo, un líder de la milicia que trabaja con las fuerzas armadas nigerianas, describió la intensidad del tiroteo y confirmó el número de soldados heridos. Un oficial militar anónimo se hizo eco de sus declaraciones y destacó la importante resistencia que las tropas habían construido contra los atacantes bien armados.
ISWAP ha reconocido públicamente la responsabilidad del ataque. En un comunicado, el grupo afirmó haber “matado y herido” a 12 soldados, y también se apoderó de una ametralladora de la base militar. Este último ataque se suma a una tendencia inquietante, ya que la base de Malam Fatori ha sufrido múltiples ataques en los últimos meses, y ISWAP solo ha lanzado doce ataques desde enero.
Geográficamente, la base está a 200 kilómetros (unas 124 millas) de Maiduguri, la capital del estado de Borno. La importancia estratégica de la zona queda subrayada por su tumultuosa historia, inicialmente capturada por militantes de Boko Haram en 2014 y luego recapturada por las fuerzas nigerianas en 2015. Las repetidas amenazas contra la base ilustran la lucha en curso contra la insurgencia en la región.
En respuesta a la violencia actual, los funcionarios del estado de Borno han instado a los residentes desplazados de Malam Fatori, que buscaron refugio en el vecino Níger, a regresar a sus hogares. Sin embargo, muchos se muestran reacios a hacerlo, dado el historial de redadas y destrucción de propiedades del ISWAP en intentos anteriores de reasentamiento. Este último ataque coincide con la reciente repatriación de aproximadamente 1.000 refugiados de la aldea de Toumour en Níger, lo que exacerba aún más los desafíos del retorno en medio de la inestabilidad actual.
El conflicto yihadista más amplio en el noreste de Nigeria ha tenido consecuencias devastadoras, provocando más de 40.000 muertes y el desplazamiento de aproximadamente dos millones de personas desde 2009. La violencia no ha permanecido dentro de las fronteras de Nigeria; se ha extendido a países vecinos como Níger, Chad y Camerún. A la luz de esta amenaza regional, se ha establecido una coalición para combatir la creciente influencia de esos grupos extremistas.



