Mientras Columbia Británica enfrenta temporadas de incendios forestales cada vez más intensas, nuevos conocimientos de la investigación de la Universidad de Columbia Británica (UBC) están arrojando luz sobre el papel vital de los hongos pirófilos: organismos que prosperan en ambientes abrasados y son esenciales para la recuperación de los bosques. La Dra. Monika Fischer, profesora asistente especializada en estos hongos amantes del fuego, enfatiza su importancia para rejuvenecer los paisajes dañados por el fuego.
Con la llegada de las lluvias de otoño, las setas, incluidos estos hongos especializados, brotan por toda la provincia, convirtiendo el suelo ceniciento en un vibrante despliegue de colores. Los hongos pirófilos, a diferencia de los hongos típicos, son únicos en su asociación con el fuego y pertenecen a un grupo llamado Ascomycota. Producen cuerpos fructíferos pequeños en forma de copa con tonos llamativos: Pyronema tiene una cáscara de color naranja brillante, Geopyxis tiene cabezas marrones con bordes blancos y Peziza agrega tonos morados a la mezcla.
El cronograma de aparición de estos hongos es notablemente rápido; una vez que regresa la humedad, ya sea por la lluvia, la nieve o la extinción de incendios, pueden emerger en unas semanas. En lugares húmedos, como áreas cercanas a arroyos, aparecen con especial rapidez. Una especie, Neurospora, puede surgir poco después de un incendio antes de desaparecer a medida que cambian las condiciones.
Estos hongos juegan un papel crucial en la recuperación forestal. Las estructuras en forma de hilos conocidas como hifas ayudan a mantener unido el suelo, evitando la erosión y permitiendo que el agua entre en el suelo hidrofóbico que a menudo resulta del fuego. Además, estos hongos contribuyen al ciclo de nutrientes al descomponer el carbón y liberarlo. Incluso tienen la capacidad de descomponer contaminantes químicos persistentes en el suelo, facilitando la recuperación de ecosistemas dañados.
Curiosamente, la misma especie de hongo se puede encontrar en una variedad de áreas afectadas por incendios, lo que indica una sorprendente resiliencia y consistencia en los ecosistemas. La investigación sobre los incendios provocados por rayos en California en 2020 encontró que especies comunes como Pyronema y Anthracobia se encuentran en una variedad de entornos. Esta consistencia sugiere que estos hongos probablemente estén inactivos en el suelo, esperando las condiciones adecuadas. Una iniciativa de investigación en curso tiene como objetivo descubrir los orígenes de estos hongos mediante la detección de sus formas latentes escondidas debajo de la superficie.
Aunque la morilla es el hongo de fuego comestible más reconocido (a menudo emerge en la primavera después de un incendio), los hongos de cabeza más pequeños no suelen criarse para su tamaño. Como siempre, se recomienda a las personas que tengan precaución al buscar comida y sigan las pautas locales con respecto al acceso a las áreas quemadas.
Para aquellos que quieran observar estos coloridos hongos de primera mano, las áreas afectadas por los recientes incendios de verano brindan una excelente oportunidad. Los informes indican que ya se pueden ver mohos pirofílicos en las zonas quemadas, especialmente después de las recientes lluvias. Se pueden encontrar pequeños hongos en forma de copa entre el musgo nuevo y el crecimiento de plantas en la superficie del suelo. Para los entusiastas de las colmenillas, es aconsejable estar atentos a las quemaduras de este año, ya que pueden verse recompensadas con una cosecha fructífera la próxima primavera. Además, incluso las fogatas del patio trasero que no se tocan durante el invierno pueden albergar hongos posteriores al incendio, lo que agrega una capa adicional de exploración para los coleccionistas interesados.
                

