El actual cierre del gobierno de Estados Unidos ha comenzado a tener un impacto significativo en los programas militares, particularmente en el cronograma de desarrollo del misil aire-aire de largo alcance AIM-260. Según una hoja informativa publicada por miembros republicanos del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el cierre ya ha retrasado el programa unos tres meses. Este misil es fundamental para mantener una ventaja competitiva para la Fuerza Aérea y la Armada de los EE. UU., especialmente a la luz de las capacidades de misiles cada vez más avanzadas que posee China.
La hoja informativa destaca la preocupación de que el programa Conjunto de Misiles Tácticos Avanzados (JATM), esencial para fortalecer las capacidades de combate aéreo de Estados Unidos, se haya visto gravemente afectado. Diseñado para reemplazar los actuales misiles AIM-120 AMRAAM, el JATM pretende ampliar significativamente su alcance de combate. Su desarrollo exitoso se considera esencial para contrarrestar los misiles PL-15 y PL-17 de China, que supuestamente tienen un mayor alcance en comparación con las municiones estadounidenses existentes.
El documento subraya que varias ramas del ejército estadounidense enfrentan retrasos en el progreso de nuevos ejercicios, contratos y extensiones críticas para la preparación de las tropas para el combate mientras continúe el cierre del gobierno. Los analistas han señalado que, si bien el cierre ha durado sólo cuatro semanas hasta ahora, los efectos acumulativos se están manifestando en tiempos de desarrollo más prolongados para proyectos clave como el JATM. A pesar de estas preocupaciones, un portavoz de la Fuerza Aérea dijo que el trabajo sigue siendo seguro gracias a las medidas de seguridad mejoradas.
El desarrollo del JATM ha estado rodeado de secreto, lo que ha limitado la comprensión pública de sus innovaciones y especificaciones. Lo que se sabe es que el misil está diseñado para ser compatible con plataformas existentes y al mismo tiempo duplicar el alcance de los AIM-120, lo que lo convierte en un competidor formidable contra los modernos sistemas de misiles chinos.
También han surgido desafíos de las reasignaciones presupuestarias que afectan tanto el desarrollo del JATM como la adquisición de municiones para el uso actual de la Fuerza Aérea. El general Kenneth Wilsbach, jefe recientemente confirmado de la Fuerza Aérea, enfatizó la complejidad de coordinar la compra de nuevas municiones con una adquisición oportuna, lo que refleja el acto de equilibrio requerido entre prioridades militares en competencia.
Además, existe un claro desacuerdo entre la Armada y la Fuerza Aérea de los EE. UU. con respecto a los planes para el despliegue del JATM. Si bien la Armada está desarrollando simultáneamente una variante aire-aire del misil SM-6, denominado AIM-174B “Gunslinger”, se espera que tenga una maniobrabilidad limitada y un perfil operativo diferente, lo que plantea dudas sobre la interoperabilidad con los aviones de combate de quinta generación.
A medida que continúa el cierre, los expertos de la industria enfatizan la importancia de una solución rápida al enfrentamiento para evitar mayores demoras en las capacidades militares que podrían comprometer la defensa estratégica de Estados Unidos en el panorama de combate aéreo en rápida evolución.



