El objeto interestelar 3I/ATLAS, observado recientemente por el telescopio Gemini Sur en Chile, ahora está oculto a la vista detrás del sol, lo que generó especulaciones e intrigas sobre su naturaleza. Si bien algunas teorías de conspiración sugieren que podría ser una nave espacial extraterrestre que intenta permanecer oculta, los expertos descartan firmemente esta idea por considerarla absurda. La idea de que una nave extraterrestre elegiría protegerse durante sólo unos días, especialmente si antes era y será observable, carece de coherencia lógica.
Los astrónomos señalan que si 3I/ATLAS fuera realmente una nave espacial, habría imitado notablemente las características de un cometa, claramente reconocible por su coma (una nube de hielo evaporado a su alrededor) y su distintiva cola. Su trayectoria coincide con la de un objeto helado que ingresa al sistema solar desde otra galaxia. Su posición actual detrás del Sol es un fenómeno natural, ya que acaba de alcanzar el perihelio, el punto más cercano al Sol en su órbita.
Hay aspectos intrigantes de 3I/ATLAS que han llamado la atención de los astrónomos. Por ejemplo, las investigaciones muestran que hay una mayor concentración de hielo de dióxido de carbono en comparación con el hielo de agua. Sin embargo, esto todavía lo clasifica como un cometa y no como una nave espacial. Además, aunque contiene metales como el níquel y el hierro, que pueden estar asociados a la construcción de naves espaciales, estos metales también se encuentran habitualmente en los núcleos rocosos de los cometas de nuestro sistema solar.
Otra rareza observada fue que en un momento dado, 3I/ATLAS mostró una cola apuntando hacia el Sol en lugar de alejarse de él. Algunos especularon que esto podría indicar una columna de empuje de una nave espacial que intenta reducir la velocidad. Sin embargo, los expertos aclaran que la dirección observada de la cola coincide con el comportamiento tradicional del cometa, ya que las partículas pesadas emitidas por la superficie no pueden ser expulsadas del Sol por la presión de la radiación solar.
3I/ATLAS representa sólo el tercer objeto interestelar conocido que ha sido observado, un estatus que añade validez a las características anómalas ocasionales que se le atribuyen. El primer objeto interestelar, ‘Oumuamua, tenía características aún más inusuales, como su peculiar forma de cigarro y su inusual aceleración alejándose del Sol, pero aún así era explicable como una variación de la actividad similar a la de un cometa. Tanto 2I/Borisov como 3I/ATLAS exhiben características únicas, pero caracterizarlos erróneamente como naves espaciales requiere un nivel de evidencia del que actualmente falta.
El deseo de descubrimiento extraterrestre lleva a muchos a aferrarse a ideas como la posibilidad de que 3I/ATLAS pueda representar vida extraterrestre. Si bien la fascinación por el cosmos y la búsqueda de vida más allá de la Tierra es natural, promover teorías infundadas sin evidencia que las respalde es irresponsable, especialmente en una época sobrecargada de desinformación. Los científicos continúan abogando por una comprensión basada en evidencia, reforzando que 3I/ATLAS es un cometa y no una sonda de una civilización extraterrestre.
 
                