El rey Carlos de Gran Bretaña inició procedimientos formales para despojar a su hermano menor, el príncipe Andrés, de sus títulos reales y le ordenó abandonar su residencia en Windsor. El anuncio, realizado por el Palacio de Buckingham, marca un cambio significativo en la respuesta de la familia real a la investigación pública en curso sobre las relaciones pasadas del duque de York, particularmente con el fallecido Jeffrey Epstein, un delincuente sexual convicto.
La decisión se produce tras la reciente publicación de las memorias de Virginia Giuffre, ‘Nobody’s Girl’, en las que detalla sus acusaciones contra el príncipe Andrés. Giuffre, que murió en abril a los 41 años, había afirmado sistemáticamente que Andrew abusó sexualmente de ella cuando era menor de edad, lo que el príncipe ha negado con vehemencia.
En un comunicado, el Palacio de Buckingham confirmó que el rey Carlos ha iniciado formalmente el proceso de abolición de los títulos reales de Andrés, afirmando: «El príncipe Andrés ahora será conocido como Andrew Mountbatten Windsor». El palacio también reveló que el contrato de arrendamiento de Andrew en Royal Lodge, que anteriormente le permitía permanecer allí, ha sido rescindido y tendrá que mudarse a una residencia privada alternativa apoyada por el rey.
Los informes sugieren que se espera que Andrew se mude a una propiedad en la finca privada del Rey en Sandringham, en lugar de a una casa bajo Crown Estate. Esta transición será financiada de forma privada por el rey Carlos y se llevará a cabo lo más rápido posible.
Aunque las acciones del palacio se producen a pesar de las continuas negaciones de Andrew de las acusaciones de Giuffre, el comunicado destacó los «graves errores de juicio» exhibidos por el duque. Fuentes familiarizadas con el asunto señalaron que el rey Carlos planea revocar los títulos nobiliarios de Andrés vinculados a York, Inverness y Killyleagh mediante órdenes reales, evitando la necesidad de una ley del parlamento.
En una distinción notable, las hijas de Andrés, la princesa Beatriz y la princesa Eugenia, conservarán sus títulos reales según las reglas establecidas en 1917 que otorgan tales honores a los hijos de los hijos del soberano.
Según se informa, la decisión del rey se tomó con el pleno apoyo del gobierno británico. El palacio dijo que sus “pensamientos y más profundas condolencias están con las víctimas y supervivientes de todas las formas de abuso”, subrayando el compromiso de la familia real de abordar las preocupaciones que surgen de las acusaciones contra Andrew.
El sentimiento público se ha visto particularmente cargado, con una creciente indignación por los vínculos pasados de Andrew con Epstein y preguntas sobre los arreglos financieros que rodean un acuerdo multimillonario pagado a Giuffre en 2022. Los críticos también han expresado su descontento con el pago nominal de Andrew de solo $1 millón por su propiedad en Royal Lodge en 2003, junto con su residencia continua con un gasto mínimo.
En este contexto, el rey Carlos enfrentó hostilidad en una reunión pública reciente, donde un manifestante cuestionó su conocimiento de las conexiones de Andrés con Epstein.
En respuesta a los acontecimientos, la familia de Virginia Giuffre emitió un comunicado que decía: «Nuestra hermana, una niña cuando Andrew abusó sexualmente de ella, nunca ha dejado de luchar por la rendición de cuentas… Hoy declara la victoria». Reafirmaron su compromiso de rendir cuentas a todas las personas relacionadas con Epstein y su socia, Ghislaine Maxwell.
 
                