En una importante escalada de tensiones en torno al reciente alto el fuego entre Hamas e Israel, el presidente estadounidense Donald Trump compartió su respuesta inicial mientras se dirigía a Corea del Sur a bordo del Air Force One. Trump afirmó que “nada pondría en peligro el alto el fuego en Gaza” y rechazó enérgicamente cualquier amenaza de reanudación de la guerra a pesar de las continuas hostilidades. Sin embargo, afirmó el derecho de Israel a tomar represalias, citando el asesinato de un soldado israelí como justificación para la acción militar. «Mataron a un soldado israelí. Entonces los israelíes contraatacaron. Y deberían contraatacar», dijo Trump, reflejando una postura decidida en medio del creciente conflicto.
Anteriormente, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, expresó optimismo sobre la estabilidad del alto el fuego y calificó la reciente violencia como «escaramuzas menores». Vance enfatizó que las condiciones para la paz creadas por Trump permanecen intactas e insistió en que conflictos tan pequeños no deberían eclipsar el compromiso más amplio con la paz. «El alto el fuego se mantiene. Eso no significa que no habrá pequeñas escaramuzas aquí y allá», señaló, añadiendo que se esperaba la respuesta israelí después de un ataque contra personal militar. Con confianza dejó en claro que cree que “la paz del presidente se mantendrá de todos modos”.
Esta reafirmación del apoyo de la administración Trump se produce en medio de informes de importantes víctimas en Gaza, y las agencias locales de protección civil confirmaron al menos nueve muertes por ataques aéreos israelíes. La violencia aumentó tras las acusaciones de ambas partes de violaciones del alto el fuego. El último estallido se remonta a la entrega de Hamás de lo que llamó el 16º de los 28 cuerpos de rehenes como parte de un acuerdo de alto el fuego vigente desde el 10 de octubre. Sin embargo, Israel cuestionó la legitimidad de la transferencia y reveló que los restos proporcionados eran sólo parciales y habían sido devueltos hace más de dos años. Esto dio lugar a acusaciones por parte de Israel de que Hamás estaba realizando una búsqueda engañosa de cadáveres.
El portavoz de Hamás, Hazem Qassem, rechazó las afirmaciones de Israel y afirmó que muchos lugares de Gaza se habían vuelto irreconocibles debido a los intensos bombardeos durante el conflicto, lo que les imposibilitaba tener un conocimiento exacto de la ubicación de los cuerpos restantes. Tras estos acontecimientos, el Ministro de Defensa de Israel expresó su frustración y ordenó ataques inmediatos y contundentes contra Hamás en la Franja de Gaza.
A medida que aumentan las tensiones, Hamás anunció su decisión de retrasar nuevas transferencias de cadáveres de rehenes, citando violaciones israelíes como base de su acción. Este conflicto en curso, caracterizado por recriminaciones y represalias, muestra la naturaleza frágil de la paz mediada por Estados Unidos y subraya la volatilidad de la situación en la región.



