Venezuela suspendió un acuerdo clave sobre gas natural con la vecina Trinidad y Tobago, culpando de su decisión al hecho de que la isla albergara un buque de guerra estadounidense. La medida, ordenada por el presidente Nicolás Maduro, fue informada por la emisora estatal TeleSUR. La suspensión se produce en medio de crecientes tensiones relacionadas con la presencia militar estadounidense en la región, en particular el USS Gravely, un destructor de misiles guiados que llegó a Puerto España para realizar ejercicios militares conjuntos con Trinidad y Tobago.
El presidente Maduro acusó a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de convertir a su país en “un portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela”. Afirmó que Trinidad se encontraba en un estado de escasez de gas antes de la asistencia prevista por Venezuela en el acuerdo.
En respuesta a las acusaciones de Maduro, Persad-Bissessar afirmó en una entrevista con el Newsday de Trinidad y Tobago que el futuro de su país no depende de Venezuela, enfatizando además que su gobierno se ha distanciado activamente de la dependencia del proyecto a largo plazo del campo de gas Dragon en aguas venezolanas.
Si bien reconoció que el gobierno anterior depositó grandes esperanzas en el proyecto Dragón, enfatizó que su gobierno no es vulnerable a lo que llamó «chantaje a los venezolanos para obtener apoyo político». Persad-Bissessar intentó restar importancia a las tensiones, diciendo que las relaciones no se han deteriorado a un nivel peligroso.
La llegada del USS Gravely es vista por las autoridades venezolanas como una acción de provocación. Sin embargo, Trinidad y Tobago ha señalado que los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos son rutinarios. La actual campaña militar estadounidense en el Caribe ha incluido numerosos ataques a barcos presuntamente involucrados en el tráfico de drogas, lo que ha llevado a algunos líderes de América Latina y el Caribe a equiparar estas acciones con ejecuciones extrajudiciales. Aún así, Persad-Bissessar ha expresado su apoyo a las operaciones estadounidenses y está a favor de acciones decisivas contra los narcotraficantes para proteger a sus ciudadanos.
Los funcionarios venezolanos han criticado la presencia militar estadounidense como pretexto para que las potencias internacionales tomen el control de los recursos naturales de Venezuela. En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el ministro de Relaciones Exteriores, Yvan Gil Pinto, instó a la comunidad internacional a reconocer la “amenaza militar ilegal y absolutamente inmoral” de Estados Unidos, que según él tiene como objetivo desestabilizar el gobierno de Maduro.
Venezuela y Trinidad y Tobago acordaron inicialmente en 2018 trabajar juntos en proyectos de extracción de gas, pero esos esfuerzos se vieron obstaculizados por las sanciones estadounidenses. Pese a esto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, indicó que EE.UU. apoya la propuesta de gas Dragón del gobierno de Trinidad, al tiempo que aseguró que no beneficiará al régimen de Maduro.
Se estima que el campo de gas Dragon contiene aproximadamente 119 mil millones de metros cúbicos (alrededor de 4,2 billones de pies cúbicos) de gas. La Agencia Internacional de Energía ha advertido anteriormente que los nuevos desarrollos de petróleo y gas entran en conflicto con los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París. Trinidad y Tobago depende en gran medida del gas para sus necesidades energéticas; Aproximadamente el 92,6% proviene del gas, lo que genera preocupación sobre la estrategia energética a largo plazo y el impacto ambiental de la continua dependencia de los combustibles fósiles.



